La sillería de coro del convento de
San Marcos (León).
Misericordias y Crosas.
TERCERA
PARTE.
"La imprecación que pronunciaban sobre la cabeza era así:
Si debe llegar alguna desgracia a los que ofrecen este sacrificio o a todo Egipto, que el mal sea desviado y caiga sobre esta cabeza".
[Herodoto, libro II, cap. XXXIX ]
En
los primeros tiempos de la humanidad, alrededor de los lugares sagrados, se
habrían consagrado los restos de las víctimas inmoladas; y sus cráneos, después
de disecados, se situarían en las paredes, puertas y otros lugares
relativos a los sacrificios.
Los
triunfadores romanos solían ofrecer a Júpiter dos bueyes blancos nacidos en la
Umbría (cuando los bueyes no eran enteramente blancos se les terminaba de
blanquear con creta). Después se adornaban las metopas de los templos con las
cabezas de los bueyes inmolados; surgió de aquí el decorar los altares con el
cráneo de estos animales. A este "motivo
decorativo que proviene de la figura residual de la cabeza del buey o toro en
los antiguos sacrificios verificados mediante el fuego" se le conoce
como "Bucráneo" (Cirlot).
La
utilización de imágenes de osamentas de animales -normalmente toros y cabras-,
fue uno de los motivos ornamentales más utilizados durante el Renacimiento; a
veces figuran con otros elementos decorativos, y quizás simbólicos, como cintas,
guirnaldas, cartelas, e incluso pueden aparecer dotados de alas.
El
"bucráneo" se considera implantado definitivamente en el arte con la construcción en Roma del "Altar de la Paz"; la representación de la
calavera del animal en altorrelieve sustituyó a su imagen completa como forma de señalar que el sacrificio había sido realizado.
Y según García Álvarez "su finalidad
artística debe entenderse en relación con conceptos religiosos y alegóricos
específicamente romanos".
Con
la nueva interpretación, tras el levantamiento del "Ara Pacis", el origen religioso del bucráneo -que
derivaba del sacrificio de animales cuya sangre era una ofrenda particularmente
apreciada por muchos dioses-, cambió para convertirse en símbolo de la paz con
los dioses.
Cuando llegó el Renacimiento los artistas estudiaron los sarcófagos romanos que
reproducían bucráneos de todo tipo, y estos pasaron a ser empleados como elementos decorativos con múltiples variantes (fusión con mascarones, grutescos renacentistas, etc).
En
el Renacimiento, -quizás en parte al desconocerse el contexto religioso
del que le dotó la religión romana-, el simbolismo del bucráneo fue ubicado
alrededor del concepto de la muerte, y así su empleo se situó en especial en la
escultura funeraria. El hecho de que, a veces aparezca alado, le enlaza
simbólicamente con el caso de la calavera.
La
calavera -"emblema de la caducidad
de la existencia" (Cirlot)-, tras el drama que supuso la Peste Negra y
la consecuente obsesión por la muerte, fue un motivo ornamental muy utilizado
durante el Renacimiento en España especialmente en la escultura funeraria.
La
meditación sobre la muerte se convirtió en un tema específicamente cristiano,
dado que la muerte es la condición previa de una vida ulterior. Para García
Álvarez la calavera alada "representa
la ascensión universal del alma purificada, un misterio neoplatónico".
Con
la llegada del Renacimiento la calavera se colocó al servicio de un discurso
humanista, de una concepción mistérica y mística. Para Marsilio Ficino,
sacerdote y filósofo renacentista -artífice del resurgimiento del
neoplatonismo-, el alma está dotada, de modo innato, de dos alas con las que
puede emprender el vuelo hacia la lejanía del cosmos; las alas de las que
aparecen dotadas las calaveras de las misericordias de la sillería de coro de
San Marcos podría remitir a esa idea.
En
1499 se publicó, uno de los más curiosos
libros del Renacimiento, el "Sueño de Polifilo (discurso del)" o
"Hypn-eroto-machia Poliphili" con un grupo importante de 172 xilografías.
Polifilo significa "el que ama a Polia", protagonista de la historia,
cuyo nombre significa "varias cosas"; Polifilo es, por tanto, el que
tiene muchos objetos de amor. La dificultad de su lectura (incluso, hoy en día,
no existe una completa interpretación de la obra), la referencia permanente a
los cultos paganos, las metáforas eróticas, no impidieron su éxito. A la vista
de algunos de los grabados del libro -con bucráneos, seres vegetalizados, putti,
cornucopias, etc- da la impresión que el autor material o intelectual de la
sillería de San Marcos tuvo conocimiento de ellos. Así, el grabado de una
"Figura de mujer", p.e.,
podría
haber inspirado la talla de una de las misericordia de las sillas altas del
coro de San Marcos y que forma parte de un grupo de cinco que Arantzazu
Oricheta agrupa bajo la denominación de "Personajes populares".
O
el del dios Jupiter que en el grabado
del libro aparece sentado en su trono y sosteniendo en su mano una cartela
donde había escrito la palabra NEMO.
Se considera que el autor de la obra fue el arquitecto Francesco Colonna; disponía de le erudición necesaria para ser capaz de redactar un texto tan ecléctico y su formación le capacitaba para realizar las descripciones detalladas de las construcciones arquitectónicas que va contando Polifilo, pues curiosamente muchas de las páginas del libro están dedicadas a la explicación más que minuciosa de los edificios que encuentra en su camino.
Para Manuel Arias "Las misericordias, ..., son un pretexto para dar rienda suelta a un mundo fantástico de formas ... aunque en algunos casos se hagan concesiones a temas heredados de ese tiempo anterior representando a un bufón, ...".
Para Manuel Arias "Las misericordias, ..., son un pretexto para dar rienda suelta a un mundo fantástico de formas ... aunque en algunos casos se hagan concesiones a temas heredados de ese tiempo anterior representando a un bufón, ...".
El
mismo escritor propone "ciertas
vinculaciones formales con sillerías del sur de Francia, con las que se
conservan en las catedrales de Auch y Saint Bertrand de Comminges, como
productos de una cultura común". Mathilde Villotte en su tesis de
doctorado sobre ellas escribía las siguientes conclusiones: "[El
Renacimiento] ... tuvo por efecto
evidente suscitar, a medida de su "descubrimiento" de la antigüedad,
un variado conjunto de estilos. Llevó, en la composición, a cierto tipo de
desorden, a una falta de unidad, durante una cincuentena de años, lo que no se
había producido nunca en la época puramente gótica, a pesar del
internacionalismo de los talleres".
"El Renacimiento desacreditó el arte
cristiano patético y mató la tradición oriental de los monstruos; redujo
rápidamente la Teología al mínimo en la decoración de los estalos. Introdujo en
el arte religioso, bajo pretesto de comparación con sujetos bíblicos, sujetos
paganos y antiguos", resumen a grandes rasgos, que hace M. Villotte y
que quizás también podría ser aplicable a la sillería del coro de San Marcos.
BIBLIOGRAFÍA.
-Ana
Ávila, "Imágenes y símbolos", "Anthropos", Barcelona 1993.
-Manuel
Arias Martínez, "La Sillería del Coro de San Marcos de León. Museo de
León. Guía breve", Valladolid 1995.
-Manuel Arias Martínez, "La sillería de la casa santiaguista de San Marcos
de León en el panorama de las sillerías hispanas de su tiempo", Astórica
nº, 28, Astorga 2009.
-Juan
Eduardo Cirlot, "Diccionario de símbolos", Ed. Siruela, Madrid 2011.
-Mª
Antonia Fernández del Hoyo, "Juan de Juni, escultor", Valladolid
2012.
-César
García Álvarez, "El simbolismo del grutesco renacentista", León 2001.
-Manuel
Gómez Moreno, "Catálogo Monumental. Provincia de León (1906-1908)",
Madrid 1925.
-F.
Llamazares Rodríguez, "San Marcos de León. Esplendor del primer
Renacimiento", León 1996.
-
Juan José Martín González, "La sillería
de San Marcos de León", Revista Goya, nº 29, Madrid 1959.
-Pedro
Navascués Palacio, "El coro y la arquitectura de la catedral. El caso de
León", Ávila 1994.
-Arantzazu
Oricheta García, "La influencia de las sillerías corales francesas del
siglo XVI en el conjunto coral de San Marcos de León", BMICA LXII,
Zaragoza 1995.
-Arantzazu
Oricheta García, "Grabados alemanes y flamencos: los modelos de Juan de
Juni y su escuela en León", Madrid 1996.
-Arantzazu
Oricheta García, "La sillería coral del Convento de San Marcos de
León", León 1997.
-Jules Passepont, "Étude des Ornements", Paris 1894.
-Jules Passepont, "Étude des Ornements", Paris 1894.
-Mathilde
Villotte, "La Renaissance et un groupe de stalles du Midi", Lille
1930.