Colección de Misericordias. De la
Sillería de coro de la Catedral de Astorga. (II)
(SEGUNDA PARTE)
3. MISERICORDIAS.
3.2. SELECCIÓN DE DRAGONES.
Según Elaine Block "una
gran variedad de monstruos ocupan la mayoría de las misericordias de Astorga.
Incluyen dragones de cuatro patas mordiendo sus propias alas o las de otro
dragón,
dragones heráldicos de dos patas
enfrentados o mordiéndose,
híbridos con rostros humanos y
cuerpos de monstruos activamente
comprometidos en actividades que probablemente significan ira o cólera".
Una historia que cuenta José Mª Luengo de aquellos años nos puede dar
una idea del ambiente de crispación que se producía alrededor de la catedral
cuando su construcción.
Al quedar libre el presbiterio al desplazarse el coro a la nave "debiéronle de entrar deseos al marqués de
Astorga, de hacer en tan noble lugar su cripta funeraria... la construcción de
ésta ... debieron motivar ... disensiones entre el Cabildo y el Marqués que,
queriendo imponer su poderío, pretendió que se colocasen en el templo los
escudos de su señorío en lugar de las armas reales ... Pero el asunto del
escudo produjo tan serias desavenencias que, agriándose en demasía, subiéronse
a mayores, y, en una noche invernal del año 1558, cuando salía de maitines,
entre doce y una de la mañana, fue villanamente asesinado, en la callejuela que
iba desde Caleya Yerma (hoy de Santiago) a la Plazuela de S. Martín, el
Doctoral del Cabildo, que había sido el que más apoyó la idea de la colocación
de las armas reales en los escudos y no las del Marqués, por lo que recayeron
las sospechas en que habían sido servidores suyos los que perpetraron el crimen".
El hombre siempre ha temido lo desconocido, y siempre ha buscado
monstruos con los que materializarlo, con los que dar forma a los miedos. El
dragón es uno de esos seres mitológicos, compuesto por una combinación de
elementos extraídos de diferentes animales, que solían presentarse como
criaturas violentas y poderosas que debían ser vencidas por los héroes, los
santos o los dioses.
Su origen es muy oscuro. En el siglo XVI su iconografía había sufrido
una gran evolución desde la concepción bíblica hasta las figuras que se conocen
al final de la Edad Media. La combinación de elementos tomados de diferentes
animales, así como las transformaciones que sufrió con el paso del tiempo, hizo
que no hubiera un sólo modelo de dragón medieval, sino muchas clases de ellos.
El nombre "Dragón, dragon, drac, dragone, Drache, ... ,deriva del
"drákon" griego o del
"draco" latino, y su imagen
era la de un tipo de serpiente, que para algunos artistas se adornaba con algún
aditamento tal como varias cabezas, orejas, cuernos, barbas y en casos aislados
hasta alas.
San Isidoro en sus "Etimologías"
-según la traducción de Oroz y Marcos, Madrid 1982-, da la siguiente
descripción: "El dragón es la mayor
de todas las serpientes, e incluso de todos los animales que habitan en la
tierra... Con frecuencia, saliendo de sus cavernas, se remonta por los aires y
por su causa se producen los ciclones. Está dotado de cresta, tiene la boca pequeña,
y unos estrechos conductos por los que respira y saca la lengua. Pero su fuerza
no radica en los dientes , sino en la cola, y produce más daño cuando la emplea
a modo de látigo que cuando se sirve de su boca para morder. Es inofensivo en
cuanto al veneno, puesto que no tiene necesidad de él para provocar la muerte:
mata siempre asfixiando a su víctima. ...". Esta descripción fue la
fuente básica para la iconografía de los bestiarios en latín o en lenguas
romances.
De un campo ajeno al de los naturalistas le vienen otras connotaciones
más negativas. Las gentes sencillas
estaban acostumbradas a oír cómo los clérigos tildaban de
"dragones" a los perseguidores y enemigos del cristianismo. La Biblia
lo presenta como símbolo del mal y del demonio, y los Santos Padres redundan en
la misma idea: un ser tan perverso que debe ser el enemigo a derrotar por los
hombres valientes y virtuosos. Esto llenaba de dudas a la hora de imaginarse
estos seres.
Curiosamente, parece que en una época con poca accesibilidad a las
imágenes, la iconografía del dragón nació en los entrelazos que decoraban
algunos manuscritos y otros objetos en el siglo VIII. En Irlanda e Inglaterra
manifiestan y se multiplican las estilizaciones filiformes de cuadrúpedos y de
aves, existiendo ya a finales del siglo VIII representaciones
"dragoniformes" - una cabeza de cuadrúpedo al final de una línea con
un par de patas o alas-, embrión del dragón medieval.
[Ver en internet imágenes del conocido "Libro de Kells" que
puede considerarse como una síntesis al respecto]
El paso al reptil bípedo, incluso con alas, se hace progresivamente y
aunque aparecen dragones perfectamente conformados son puramente decorativos
(p.e., Evangelario de Cutbercht). Su liberación del carácter puramente
decorativo con el que había nacido ocurre hacia el año 800 o principios del
siglo IX. Un buen ejemplo pueden ser los Evangelios de Hincmar del monasterio
de Hautvilliers hoy en día en la Biblioteca Municipal de Reims [pueden verse por
internet mediante la base de datos francesa de manuscritos
"Enluminures" en Reims MS 007].
Los dragones de los Evangelios de Hincmar son ya anatómicamente muy
distintos: bípedos sin alas, bípedos con alas y alados sin patas; le podríamos
definir como el "Dragón carolingio". Está ya bien identificado y a
partir de aquí comenzará a aparecer en escenas bíblicas, hagiográficas o míticas:
ha alcanzado su destino iconográfico; seguirá con pequeñas variantes su camino y
será a partir del año 1000 cuando el dragón románico, bípedo o con cuatro patas
y alado, sustituya a la serpiente en las más variadas escenas. A partir de la
primera mitad del siglo XI el "dragón románico" se afirma y aparece
en todo tipo de contextos, poblando escenas bíblicas o combatiendo con todo
tipo de ángeles, santos, caballeros o animales y monstruos; esta situación se
prolongará prácticamente invariable hasta la llegada del gótico.
En lo que se refiere a las regiones del este de Europa -el Imperio
Bizantino y su radio de acción cultural-, el dragón medieval no aparece hasta
el siglo XII y durante siglos en Bizancio seguirá reinando el
"dragón-serpiente" antiguo.
En España la iconografía del dragón nordeuropeo es escasa hasta
mediados del siglo XI y los pocos que se encuentran parecen traídos del mundo
francés. Para Miguel Ángel Elvira, no está claro si los artistas mozárabes
vinculaban la iconografía del dragón medieval con el concepto de
"dragón" o si la figura del monstruo carecía de significado preciso,
como puede advertirse en los que adornan - los más antiguos dragones de la
península al estar fechado el manuscrito
en 976-, la Tabla de Cánones del Códice Albeldense o Vigiliano del Escorial folio 59 (puede verse por internet en la Biblioteca Gonzalo de Berceo).
Ya en pleno siglo XI el "dragón románico" se
"cuela" en el Arca de Noé en el Beato de Fernando I y doña Sancha
obra de 1047 [este manuscrito puede verse por internet en la Bibl. Nac. de
Madrid, (Vit. 14-2); ver el fol. 106 ]. En décadas posteriores el monstruo ya
con formas más canónicas, se impondrá durante el siglo XII en completa
correlación con el resto de la Europa occidental.
Poco a poco el "dragón románico" empezó a diversificarse y
de este proceso surgieron los múltiples "dragones góticos" creados
según la fantasía de cada artista; especies conocidas, como el cocodrilo, el
lagarto o el murciélago le prestaron sus formas realistas y en ciertos círculos
comenzó a dudarse de su verdadera existencia. Para Louis Réau, "al final de la Edad Media ya no se le toma
en serio, riéndose de él como del coco para niños. En la fiesta de santa
Margarita, los campesinos tiroleses de Zillertal cantaban alegremente este
estribillo: "Hubo una vez un dragón/ y se comía a la gente"".
En las misericordias de dragones
de la sillería astorgana se observa una tendencia a repetir escenas -convirtiéndose
el motivo en un patrón hasta acabar vaciándose tanto de emotividad como de
contenido-, junto a una ausencia de las características típicas de estas tallas en
el período tardogótico como es la crítica, e incluso una menor calidad formal y
una falta de viveza en la representación de los temas.
No obstante algunas misericordias
si reflejan aspectos de la sociedad de su tiempo como pueden ser refranes,
mitos fabulas, ó sátiras utilizadas por la crítica en la época. Así, del
interés de nuestro siglo XVI por las representaciones mitológicas nos hablan
dos misericordias relacionadas con la vida de Hércules y que pueden referirse
al episodio de la "Lucha contra el
dragón del Jardín de las Hespérides".
Cuenta el marqués de Villena en su
libro "Los Doce Trabajos de Hércules" al hablar de este episodio como
el rey Atalante de Libia ordenó para su deleite un vergel cuyos árboles y
frutos fueran todos de oro colocando en el centro un árbol con la más valiosa
manzana. Para defenderlo puso un dragón que cuidaba para que nadie la cogiese:
"Estas cosas sabiendo Ércules...
entró en el maravilloso vergel non
deteniéndose ... fasta que llegó al medio ... no espantándose ... del ...
valiente dragón ... e con él derribando e peleando lo vençió e tomó del árbol
la rica mançana".
El sentido moral de este trabajo
de Hércules es para Isabel Mateo el de la humanidad seca -simbolizada por la
tierra de Libia-, pero dispuesta a producir frutos; rigiendo esta humanidad el
árbol de la filosofía aislado por el dragón, siendo Hércules el deseoso de
saber que va directo al árbol a tomar los verdaderos y auténticos principios.
Con frecuencia aparece en las
misericordias de las sillerías de coro el dragón en lucha con el león. El
dragón - su naturaleza moral como imagen del demonio no se pone en duda-, es
entonces el símbolo de Santán, y el león -animal de doble simbolismo, diabólico
y divino según Louis Reau-, el símbolo de Cristo (identificación ya dada por el
"Physiologus" y por la mayoría de los "Bestiarios").
En una misericordia se representa
a un dragón que muerde en el brazo a un hombre; este hace una mueca e intenta
apartarse. Puede ser una alegoría
-imagen que pretende representar una idea valiéndose de formas humanas o
animales-, de los peligros que corren los imprudentes y los incautos.
La fotografía anterior es un
fragmento del libro de Historia Natural más importante del siglo XV: el
"Hortus Sanitatis" en la edición de 1497 de Johannes Prues. Puede ser
interesante compararla con una de las misericordias de la sillería de la
catedral de Astorga, la que se muestra a continuación.
BIBLIOGRAFÍA.
-Jurgis Baltrusaitis, "La Edad Media
fantástica", Madrid 1994.
-Manuel Barbero Richart, "Iconografía animal.
La representación animal en libros europeos de Historia Natural de los siglos
XVI y XVII", Cuenca 1999.
-Elaine C. Block, "Corpus of Medieval
Misericords", Turnhout (Belgium) 2004.
-Miguel Ángel Elvira, "Los orígenes
iconográficos del dragón medieval", en actas congreso "La tradición
en la Antigüedad tardía", Murcia 1977.
-Miguel Ángel Elvira, "La iconografía del
dragón en Bizancio", en "Erytheia", Madrid 1994.
-Dorothy y Henry Kraus, “Las sillerías góticas
españolas”, Madrid 1984.
- José
Mª Luengo y Martínez, "La cripta de los Marqueses de la Ciudad, en la
Catedral de Astorga", León 1978.
-Isabel Mateo Gómez, “Temas profanos en la escultura
gótica española. Las sillerías de coro”, Madrid 1979.
-Manuel Moreno, “Catálogo Monumental de la Provincia
de León”, Madrid 1925.
-Pedro Navascués Palacio, "Teoría del coro en
las Catedrales españolas", Madrid 1998.
-Arantxa Oricheta García, "La sillería coral
del convento de San Marcos de León", León 1997.
-Pedro Paniagua Félix, “El coro y su sillería. Catedral de Astorga”,
Astorga 1992.
-Louis Réau, "Iconografía del arte cristiano". Barcelona
2008.
-Matías Rodriguez Díez, “Historia de la Ciudad de Astorga”, Astorga
1909.
-Pedro Rodriguez López, “Episcopologio asturicense”, t. III, Astorga
1908.
-Bernardo Velado Graña, "La Catedral de Astorga y su museo", Astorga 1991.
-Bernardo Velado Graña, "La Catedral de Astorga y su museo", Astorga 1991.
NOTAS:
- Según
Miguel Angel Elvira San Juan Damasceno (siglo VIII) en su tratadito "De
Draconibus" ataca "las
opiniones populares de su tiempo sobre los dragones, que serían en síntesis las
siguientes: se trata de pequeñas culebras que se hacen grandes y que acaban
tomando forma humana; ya con esta imagen, pueden hablar con los demás hombres,
y hasta unirse con mujeres; además, el dragón es perseguido por el rayo,
levantado por los aires y muerto. Frente a tales fantasías, San Juan no puede sino reafirmar los
principios de la tradición culta: los dragones son las mayores de todas las
serpientes, aunque, eso sí, los hay de especies diversas: unos tienen cabeza
ancha, ojos centelleantes como el oro y cuernos sobre la nariz; otros, los
"agathodaemones", presentan barbas y cuerno, y sus ojos, también de
aspecto áureo, son grandes y estrechos; y todos, de cualquier modo, carecen de
veneno. En cuanto a las tormentas y a los rayos, nada tienen que ver con estos
animales".
(cont.)
Creditos Fotos:
-detalle
fol 59 Crónica Albeldense Códice 976 de El Escorial: Biblioteca Gonzalo de Berceo.
-detalles del manuscrito
"Evangelios de Hincmar del monasterio de Hautvilliers": Base de datos Enluminures", Reims MS 007.
-fotografías Misericordias: el autor del blog.
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