De la Sillería
de coro de la Catedral de León.
III. Los
doseles de los estalos.
De la palabra “Tornavoz”, dice el Diccionario de la
lengua española de la Real Academia en su actualización de 2017, “Sombrero del púlpito, concha del apuntador
en los teatros, o cualquier otro aparato semejante dispuesto para que el sonido
repercuta y se oiga mejor”. Sobre los
respaldos de las sillas altas un elemento cóncavo, corrido, a manera de concha
de apuntador o sombrero de púlpito protege a los estalos al tiempo que ayuda a
mejorar la propagación del sonido: es el tornavoz o dosel de las sillas altas. Colabora con la propia arquitectura de la iglesia para proporcionar a los cantos
litúrgicos una melodía acústica por medio de su reverberación; cuando una
melodía es cantada, la resonancia puede repercutir sobre los armónicos, por lo
que si los que cantan son hombres se tiene la impresión de oír como un
acompañamiento de voces infantiles o femeninas que lo hacen al mismo tiempo
(fenómeno conocido como “coro angélico”). El tornavoz es el cielo de la
sillería, por lo que de él penden los ángeles músicos, los pomos que delimitan
los doseles de cada estalo.
Aunque en muchas de las sillerías de coro que presentan este tipo de dosel corrido de forma cóncava son lisos, en la de León están decorados con motivos geométricos o con motivos vegetales alternativamente separados por nervios de los que penden los ángeles músicos en los estalos altos. Los doseles de las sillas bajas son planos e inclinados respecto al asiento, dado que su función primaria es servir de atril a las sillas altas.
Los componentes
de la decoración de los doseles son líneas geométricas, elementos del mundo
vegetal, y a veces hasta animales o alguna figura humana, mezclados y/o con diversos
arreglos siguiendo ciertas normas o principios; los motivos se organizan combinando tallos,
hojas y flores de acuerdo con las leyes del ritmo, distribución, regularidad, paralelismo, simetría y equilibrio, estabilidad, repetición y variedad, etc.
Así, p.e., en
la fotografía anterior se muestra un mascarón de los conocidos como “Green man”
(“Hombre verde”) o “Cabeza de hojas” –para la profesora Isabel Mateo pudieran
considerarse como una alegoría de Silvano, “divinidad agreste y floral”-, que
por repetición y simetría crea el panel que figura en el tornavoz de la
sillería (en este caso el motivo carece de simbolismo y su presencia es
simplemente decorativa).
Igual ocurre
con el elemento vegetal aislado en la parte inferior de la siguiente fotografía, que por repetición
y simetría crea el panel del tornavoz mostrado en la parte superior de la
misma.
Este mecanismo de
creación del diseño de los paneles es probablemente el que más se repite en los
doseles de las sillas altas; e incluso se llega a utilizar el mismo motivo, la
“cabeza de hojas”, aunque con un rostro menos fantástico.
Dos entalladores diferentes debieron realizar el panel
correspondiente dado que
las cabezas superiores presentan pequeñas diferencias (independientemente del
gesto de la boca que debió ser buscado).
Señalaba
Dorothee Heim que “las ventajas del uso
de modelos gráficos para las tallas de una sillería de coro parecen indudables.
La enorme cantidad de decoración que precisaba uno de estos conjuntos en la
época exigía una casi inacabable capacidad inventiva del artista, obligado a
desarrollar un gran número de motivos y composiciones muy variadas … La
posibilidad de valerse de las ideas de otros artistas a través de la obra
gráfica era de una gran ayuda a la hora de preparar semejante programa
figurativo sin caer en excesivas repeticiones”. Los motivos básicos, -los elementos vegetales idealizados-, de los paneles ornamentales no geométricos de los estalos de León son, en general, elaboraciones de los tallados entre las máscaras situadas en la banda de la parte inferior de la crestería (hojas de cardo, vid, etc). Los entalladores de los doseles de la sillería de León debieron emplear, o al menos inspirarse, en algunos grabados de Martin Schongauer (ca. 1448_1491); hijo de un reconocido orfebre-platero, fue un pintor y grabador, quizás el más ilustre de su tiempo, cuyos trabajos circularon considerablemente por Europa y que llegaría a crear una escuela de grabado muy importante en Colmar. El grabado prosperó en Europa cuando procedentes de Oriente le llegaron las técnicas de fabricación de papel (siglos XIV-XV). Entre los producidos por Schongauer o sus seguidores están elementos simples vegetales o composiciones de estos que fueron empleados por los orfebres o los tallistas en la decoración de sus productos.
Pese a que Schongauer
creó muchos grabados con motivos ornamentales exnovo alguno está tomado o es
evolución de los realizados por su padre Caspar o por “Meister ES”, quien probablemente fue su maestro (Enciclopedia
británica dixit); sin embargo, llegaría a ser la persona que llevaría el arte
del grabado a su madurez. No hay que olvidar tampoco que los “artistas” de la época
solían utilizar los denominados “libros o cuadernos de modelos”, o colecciones de dibujos del artista, relacionados a veces con el origen de donde
fueron tomados y conservados para su uso propio o el de su taller, para la
formación de sus aprendices o para ser presentados como ejemplos cuando la
propuesta de un trabajo a un promotor. Su consecuencia fue que diferentes
artistas utilizaron, con cierta frecuencia, mismas fuentes y modelos
(cuatro
grabados con detalles ornamentales de Martin Schongauer se muestran en la
imagen anterior; dos conservados en la BNF de Paris y dos, al menos, en la SMB de Berlin).
Si bien el más conocido de este tipo de “cuadernos” es quizás el de Villard de Honnecourt, dado que en gran parte el antecedente más cercano de los paneles ornamentales fueron las orlas de los manuscritos iluminados puede ser interesante recordar como ejemplo una hoja del Libro de modelos de Stephan Schriber (patrones del gótico tardío, de hacia 1494), conservado en la Bayerische StaatsBibliothek bajo la referencia BSB-Hss Cod.icon 420 (accesible por internet)
Si bien el más conocido de este tipo de “cuadernos” es quizás el de Villard de Honnecourt, dado que en gran parte el antecedente más cercano de los paneles ornamentales fueron las orlas de los manuscritos iluminados puede ser interesante recordar como ejemplo una hoja del Libro de modelos de Stephan Schriber (patrones del gótico tardío, de hacia 1494), conservado en la Bayerische StaatsBibliothek bajo la referencia BSB-Hss Cod.icon 420 (accesible por internet)
Gran parte de
los autores de los grabados de la segunda parte del siglo XV trabajaron también
como pintores u orfebres, por lo que muchas veces el destino de su producción
no era su venta sino la utilización por ellos mismos. Caso paradigmático es el de
Israël van Meckenen (ca. 1440-1503) que a pesar de que ya en su época los libros se realizaban,
para disminuir su precio y aumentar su difusión, por medio de la imprenta
colaboró en la realización de algunos manuscritos – se siguieron ejecutando, aunque
cada vez menos, por una razón de “status” de sus poseedores-, con la
transposición de algunos de sus grabados de nuevo como dibujos o pinturas. Es
el caso del ornamento con aves tomado como ejemplo (ejecutó más de 12 para
decorar o ilustrar el texto ) realizado por Meckenem para el manuscrito de un
Libro de horas, “Horae ad usum Parisiensem”, conocido como de Carlos de
Angulema (padre del rey Francisco I de Francia) y conservado en la Biblioteca
Nacional de Francia (accesible por
internet en Gallica). Si se ha citado a este artista es sobre todo a que gracias a él conocemos algunos grabados de autores que le precedieron.
De todos los
diseños realizados a partir de la representación de las plantas quizás los más
populares fueron los derivados del acanto, una especie de hierba perenne nativa
de la región mediterránea muy empleada en jardinería; su imagen comenzó siendo
más o menos naturalista pero en el gótico terminó siendo tan idealizada que a
veces fue difícil de reconocer. Las volutas, muy frecuentes también en la
ornamentación, son puras invenciones artísticas.
El follaje
artificial era a menudo combinado con formas de flores y frutos. La vid con
sus racimos, sus hojas y tronco fue un vegetal muy empleado en la ornamentación
medieval. En la Antigüedad el vino era el atributo de Baco, pero en la Edad
Media el arte eclesiástico adoptó el vino, junto con las espigas de trigo, como
símbolo de Cristo. En la sillería de León los paneles ornamentales de los
doseles no implican ningún simbolismo sino que son puramente decorativos.
En estos
diseños decorativos de los doseles de la sillería de León a veces aparecen criaturas
humanas o animales fantásticos pero en general son más en los que no
figuran; su inclusión suele hacerse conservando los criterios de simetría,
equilibrio, estabilidad, etc. utilizados en la composición del dosel. Es el
caso del ejemplo que se muestra en la composición siguiente.
Por su tamaño, y ausencia de alumbrado, los seres híbridos que figuran entre el follaje de los paneles suelen ser difíciles de ver. Además no son muchos y en general son animales híbridos a veces con tan sólo algunos de sus componentes identificables.
Las pequeñas
figuras de animales o de “cabezas de follaje” (alegorías de Silvano, como las
denomina la profesora Isabel Mateo) no presentan simbolismo alguno, –tanto
durante el Gótico como en el Renacimiento se prodigarían mucho-, sino que son
simplemente elementos decorativos siguiendo la línea de los grabados de
ornamentos de Schongauer o Meckenem que
introducían entre la vegetación algún búho, abubilla, papagayo o algún otro
tipo de pájaro o animal.
Tan sólo un
panel de los doseles de la sillería presenta unas figuras humanas completas. Corresponde a la silla baja en cuyo respaldo está situada la representación del profeta Zacarías.
En él se escenifica una pelea entre dos salvajes fantásticos situados en medio de una variada vegetación, de edades muy distintas, armados con lanzas. Los cuerpos transformados en fabulosa hojarasca
recuerda cierta ornamentación que sería característica del Renacimiento
(extremidades terminadas en formas vegetales, etc).
La sillería de
coro de la catedral de León tal como la vemos ahora implantada procede de
agosto de 1746. Inicialmente los 84 estalos de que constaba se situaron en el
presbiterio en los tramos rectos anteriores al altar. En 1736 un donante
anónimo ofreció para la construcción del retablo mayor una elevada
suma, por lo que dadas las dificultades para su coexistencia con la sillería se
decidió desmontar esta en mayo de 1737 e implantarla provisionalmente en la
capilla de Santiago; nueve años después se ubicaría en la situación actual. Pero,
… en 1859 dieron inicio los trabajos de restauración integral y refuerzo
estructural para evitar la ruina de la fábrica catedralicia; la sillería, salvo
algunas tablas que se trasladaron a la sacristía, permaneció en la nave durante
la restauración a pesar de que por encima de ella se había derrumbado una
bóveda, y según Ignacio González-Varas “fue
preciso desmontar su coronación y una cuarta parte de la sillería para la
reparación de los pilares en que se hallaba encajado el coro”. Con tanto
movimiento y avatares no es de extrañar, por tanto, la ´”pérdida” de algunos
estalos y las deficiencias en las
uniones de las sillas de las esquinas tanto altas como bajas.
Así
por ejemplo, el dosel correspondiente al tablero situado junto a la silla
decorada con la representación de Aaron hermano mayor de Moisés, e instalado al
lado de la escalera de subida a los estalos altos, parece completamente nuevo, e
imita a alguno de los doseles con motivos geométricos de los estalos bajos;
probablemente se realizaría en 1746 o más probablemente a finales del siglo XIX
cuando la restauración de la bóveda de la catedral. La
decoración de
los cuadros de los doseles con motivos vegetales se alterna (salvo pequeños
errores de montaje) con otros paneles con motivos geométricos.
Los motivos
geométricos se producen organizando y uniendo puntos y líneas curvas y rectas a
fin de obtener redes de muy diversos tipos; el círculo se utiliza a menudo como
forma fundamental, pero dado que no se producen, en general, resultados agradables
dividiéndole simplemente por radios o líneas rectas se suele fragmentar
mediante líneas curvas o una combinación de arcos y líneas rectas. No hay que
olvidar que estos complicados diseños se realizaban con el empleo tan sólo del
compás y la regla.
Por salirse de
los patrones empleados en la mayor parte de los doseles de las sillas bajas con motivos geométricos
creo que tres o cuatro de estos deben proceder de la “restauración” del coro previa a la
reapertura de la catedral en 1901.
Al complicarse
los diseños geométricos de la decoración de los doseles las formas de ésta comenzarán a
aproximarse a la que presentan los doseles con ornamentación “vegetal”.
Por último puede señalarse que la mayor diferencia
entre las configuraciones geométricas de los doseles de las sillas altas y bajas es
debida esencialmente al distinto tamaño de los paneles, pues en muchos de ellos la
desigualdad viene obligada tan sólo por la duplicación de los patrones.
BIBLIOGRAFÍA.
-Armstrong, Charles: "Cusacks Freehand ornament", Londres 1895.
-Bartsch, Adam: "Le peintre graveur", Vienne 1808.
-Armstrong, Charles: "Cusacks Freehand ornament", Londres 1895.
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-Campos Sánchez-Bordona, M.D.; Tijeira Pablos, M.D.; González-Varas
Ibáñez, I;: “Arte, Función y Símbolo. El coro de la catedral de León”, León
2000.
-Gómez Rascón, Máximo,: “El coro de la catedral de León”, León
1994.
-Heim,Dorothee: "La sillería de coro de la catedral de Toledo y la recepción de los modelos del maestro del Hausbuch e Israel van Meckenem", BSAA Arte nº 71, Valladolid 2005.
-Heim,Dorothee: "La sillería de coro de la catedral de Toledo y la recepción de los modelos del maestro del Hausbuch e Israel van Meckenem", BSAA Arte nº 71, Valladolid 2005.
-Mateo Gómez, Isabel,: “Temas profanos en la escultura gótica. Las
sillerías españolas de coro”, Madrid 1979.
-Meyer, Franz S.; “A handbook of ornament”, New York
-Teijeira Pablos, Mª Dolores, :””La influencia del modelo gótico
flamenco en León. La sillería de coro catedralicia”, León 1993.
-Teijeira Pablos, Mª Dolores, :”Las sillerías de coro en la
escultura tardogótica española. El grupo leonés”, León 1999.
NOTAS.
-Dos son las
etapas constructivas de la sillería de coro actual de la catedral de León: 1464-1475,
años en los que Juan de Malinas y su taller realizan la mayor parte de la obra,
y 1475-1481, cuando Maestre Copin de Ver ejecuta los remates de la sillería.
Antes, ca. 1460-1464, Maestre Enrique trabajó en la preparación de la obra
(elección de madera, visitas a Palencia, Segovia y Sahagún para analizar
tipologías, …).
-Los dibujos
utilizados en la composición de las imágenes correspondientes a las “volutas” y
a la ornamentación con vides están tomados del “handbook” de ornamentos de
Franz Meyer.
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