sábado, 1 de diciembre de 2018

SILLERÍAS DE CORO (X)

De la Sillería de coro de la Catedral de León.
III. Los doseles de los estalos.


De la palabra “Tornavoz”, dice el Diccionario de la lengua española de la Real Academia en su actualización de 2017, “Sombrero del púlpito, concha del apuntador en los teatros, o cualquier otro aparato semejante dispuesto para que el sonido repercuta y se oiga mejor”. Sobre los respaldos de las sillas altas un elemento cóncavo, corrido, a manera de concha de apuntador o sombrero de púlpito protege a los estalos al tiempo que ayuda a mejorar la propagación del sonido: es el tornavoz o dosel de las sillas altas. Colabora con la propia arquitectura de la iglesia para proporcionar a los cantos litúrgicos una melodía acústica por medio de su reverberación; cuando una melodía es cantada, la resonancia puede repercutir sobre los armónicos, por lo que si los que cantan son hombres se tiene la impresión de oír como un acompañamiento de voces infantiles o femeninas que lo hacen al mismo tiempo (fenómeno conocido como “coro angélico”). El tornavoz es el cielo de la sillería, por lo que de él penden los ángeles músicos, los pomos que delimitan los doseles de cada estalo.
Y de la palabra “Dosel”, el Diccionario de la Real Academia dice: “Mueble que a cierta altura cubre o resguarda un altar, sitial, lecho, etc, adelantándose en pabellón horizontal y cayendo por detrás a modo de colgadura”. Es decir, las dos funciones básicas de esta parte de la sillería es mejorar la propagación del sonido y proteger a los estalos del polvo, al tiempo que resguardar del frío a los utilizadores de las sillas.
Aunque en muchas de las sillerías de coro que presentan este tipo de dosel corrido de forma cóncava son lisos, en la de León están decorados con motivos geométricos o con motivos vegetales alternativamente separados por nervios de los que penden los ángeles músicos en los estalos altos. Los doseles de las sillas bajas son planos e inclinados respecto al asiento, dado que su función primaria es servir de atril a las sillas altas.
Los componentes de la decoración de los doseles son líneas geométricas, elementos del mundo vegetal, y a veces hasta animales o alguna figura humana, mezclados y/o con diversos arreglos siguiendo ciertas normas o principios; los motivos se organizan combinando tallos, hojas y flores de acuerdo con las leyes del ritmo, distribución, regularidad, paralelismo, simetría y equilibrio, estabilidad, repetición y variedad, etc. 

Así, p.e., en la fotografía anterior se muestra un mascarón de los conocidos como “Green man” (“Hombre verde”) o “Cabeza de hojas” –para la profesora Isabel Mateo pudieran considerarse como una alegoría de Silvano, “divinidad agreste y floral”-, que por repetición y simetría crea el panel que figura en el tornavoz de la sillería (en este caso el motivo carece de simbolismo y su presencia es simplemente decorativa).
Igual ocurre con el elemento vegetal aislado en la parte inferior de la siguiente fotografía, que por repetición y simetría crea el panel del tornavoz mostrado en la parte superior de la misma.

Este mecanismo de creación del diseño de los paneles es probablemente el que más se repite en los doseles de las sillas altas; e incluso se llega a utilizar el mismo motivo, la “cabeza de hojas”, aunque con un rostro menos fantástico.
Dos entalladores diferentes debieron realizar el panel correspondiente dado que las cabezas superiores presentan pequeñas diferencias (independientemente del gesto de la boca que debió ser buscado).
Señalaba Dorothee Heim que “las ventajas del uso de modelos gráficos para las tallas de una sillería de coro parecen indudables. La enorme cantidad de decoración que precisaba uno de estos conjuntos en la época exigía una casi inacabable capacidad inventiva del artista, obligado a desarrollar un gran número de motivos y composiciones muy variadas … La posibilidad de valerse de las ideas de otros artistas a través de la obra gráfica era de una gran ayuda a la hora de preparar semejante programa figurativo sin caer en excesivas repeticiones”. Los motivos básicos, -los elementos vegetales idealizados-, de los paneles ornamentales no geométricos de los estalos de León son, en general, elaboraciones de los tallados entre las máscaras situadas en la banda de la parte inferior de la crestería (hojas de cardo, vid, etc).
Los entalladores de los doseles de la sillería de León debieron emplear, o al menos inspirarse, en algunos grabados de Martin Schongauer (ca. 1448_1491); hijo de un reconocido orfebre-platero, fue un pintor y grabador, quizás el más ilustre de su tiempo, cuyos trabajos circularon considerablemente por Europa y que llegaría a crear una escuela de grabado muy importante en Colmar. El grabado prosperó en Europa cuando procedentes de Oriente le llegaron las técnicas de fabricación de papel (siglos XIV-XV). Entre los producidos por Schongauer o sus seguidores están elementos simples vegetales o composiciones de estos que fueron empleados por los orfebres o los tallistas en la decoración de sus productos.

Pese a que Schongauer creó muchos grabados con motivos ornamentales exnovo alguno está tomado o es evolución de los realizados por su padre Caspar o por “Meister ES”, quien probablemente fue su maestro (Enciclopedia británica dixit); sin embargo, llegaría a ser la persona que llevaría el arte del grabado a su madurez. No hay que olvidar tampoco que los “artistas” de la época solían utilizar los denominados “libros o cuadernos de modelos”, o  colecciones de dibujos del artista, relacionados  a veces con el origen de donde fueron tomados y conservados para su uso propio o el de su taller, para la formación de sus aprendices o para ser presentados como ejemplos cuando la propuesta de un trabajo a un promotor. Su consecuencia fue que diferentes artistas utilizaron, con cierta frecuencia, mismas fuentes y modelos  (cuatro grabados con detalles ornamentales de Martin Schongauer se muestran en la imagen anterior; dos conservados en la BNF de Paris y dos, al menos, en la SMB de Berlin).
Si bien el más conocido de este tipo de “cuadernos” es quizás el de Villard de Honnecourt, dado que en gran parte el antecedente más cercano de los paneles ornamentales fueron las orlas de los manuscritos iluminados puede ser interesante recordar como ejemplo una hoja del Libro de modelos de Stephan Schriber (patrones del gótico tardío, de hacia 1494), conservado en la Bayerische StaatsBibliothek  bajo la referencia BSB-Hss Cod.icon 420 (accesible por internet)
Gran parte de los autores de los grabados de la segunda parte del siglo XV trabajaron también como pintores u orfebres, por lo que muchas veces el destino de su producción no era su venta sino la utilización por ellos mismos. Caso paradigmático es el de Israël van Meckenen (ca. 1440-1503) que a pesar de que ya en su época los libros se realizaban, para disminuir su precio y aumentar su difusión, por medio de la imprenta colaboró en la realización de algunos manuscritos – se siguieron ejecutando, aunque cada vez menos, por una razón de “status” de sus poseedores-, con la transposición de algunos de sus grabados de nuevo como dibujos o pinturas. Es el caso del ornamento con aves tomado como ejemplo (ejecutó más de 12 para decorar o ilustrar el texto ) realizado por Meckenem para el manuscrito de un Libro de horas, “Horae ad usum Parisiensem”, conocido como de Carlos de Angulema (padre del rey Francisco I de Francia) y conservado en la Biblioteca Nacional de Francia  (accesible por internet en Gallica). Si se ha citado a este artista es sobre todo a que gracias a él conocemos algunos grabados de autores que le precedieron.
De todos los diseños realizados a partir de la representación de las plantas quizás los más populares fueron los derivados del acanto, una especie de hierba perenne nativa de la región mediterránea muy empleada en jardinería; su imagen comenzó siendo más o menos naturalista pero en el gótico terminó siendo tan idealizada que a veces fue difícil de reconocer. Las volutas, muy frecuentes también en la ornamentación, son puras invenciones artísticas. 
El follaje artificial era a menudo combinado con formas de flores y frutos. La vid con sus racimos, sus hojas y tronco fue un vegetal muy empleado en la ornamentación medieval. En la Antigüedad el vino era el atributo de Baco, pero en la Edad Media el arte eclesiástico adoptó el vino, junto con las espigas de trigo, como símbolo de Cristo. En la sillería de León los paneles ornamentales de los doseles no implican ningún simbolismo sino que son puramente decorativos.

En estos diseños decorativos de los doseles de la sillería de León a veces aparecen criaturas humanas o animales fantásticos pero en general son más en los que no figuran; su inclusión suele hacerse conservando los criterios de simetría, equilibrio, estabilidad, etc. utilizados en la composición del dosel. Es el caso del ejemplo que se muestra en la composición siguiente.
Por su tamaño, y ausencia de alumbrado, los seres híbridos que figuran entre el follaje de los paneles suelen ser difíciles de ver. Además no son muchos y en general son animales híbridos a veces con tan sólo algunos de sus componentes identificables.

Las pequeñas figuras de animales o de “cabezas de follaje” (alegorías de Silvano, como las denomina la profesora Isabel Mateo) no presentan simbolismo alguno, –tanto durante el Gótico como en el Renacimiento se prodigarían mucho-, sino que son simplemente elementos decorativos siguiendo la línea de los grabados de ornamentos de  Schongauer o Meckenem que introducían entre la vegetación algún búho, abubilla, papagayo o algún otro tipo de pájaro o animal.
Tan sólo un panel de los doseles de la sillería presenta unas figuras humanas completas. Corresponde a la silla baja en cuyo respaldo está situada la representación del profeta Zacarías.
En él se escenifica una pelea entre dos salvajes fantásticos situados en medio de una variada vegetación, de edades muy distintas, armados con lanzas. Los cuerpos transformados en fabulosa hojarasca recuerda cierta ornamentación que sería característica del Renacimiento (extremidades terminadas en formas vegetales, etc).
La sillería de coro de la catedral de León tal como la vemos ahora implantada procede de agosto de 1746. Inicialmente los 84 estalos de que constaba se situaron en el presbiterio en los tramos rectos anteriores al altar. En 1736 un donante anónimo ofreció para la construcción del retablo mayor una elevada suma, por lo que dadas las dificultades para su coexistencia con la sillería se decidió desmontar esta en mayo de 1737 e implantarla provisionalmente en la capilla de Santiago; nueve años después se ubicaría en la situación actual. Pero, … en 1859 dieron inicio los trabajos de restauración integral y refuerzo estructural para evitar la ruina de la fábrica catedralicia; la sillería, salvo algunas tablas que se trasladaron a la sacristía, permaneció en la nave durante la restauración a pesar de que por encima de ella se había derrumbado una bóveda, y según Ignacio González-Varas “fue preciso desmontar su coronación y una cuarta parte de la sillería para la reparación de los pilares en que se hallaba encajado el coro”. Con tanto movimiento y avatares no es de extrañar, por tanto, la ´”pérdida” de algunos estalos y las deficiencias en  las uniones de las sillas de las esquinas tanto altas como bajas. 
Así por ejemplo, el dosel correspondiente al tablero situado junto a la silla decorada con la representación de Aaron hermano mayor de Moisés, e instalado al lado de la escalera de subida a los estalos altos, parece completamente nuevo, e imita a alguno de los doseles con motivos geométricos de los estalos bajos; probablemente se realizaría en 1746 o más probablemente a finales del siglo XIX cuando la restauración de la bóveda de la catedral. La decoración de los cuadros de los doseles con motivos vegetales se alterna (salvo pequeños errores de montaje) con otros paneles con motivos geométricos.
Los motivos geométricos se producen organizando y uniendo puntos y líneas curvas y rectas a fin de obtener redes de muy diversos tipos; el círculo se utiliza a menudo como forma fundamental, pero dado que no se producen, en general, resultados agradables dividiéndole simplemente por radios o líneas rectas se suele fragmentar mediante líneas curvas o una combinación de arcos y líneas rectas. No hay que olvidar que estos complicados diseños se realizaban con el empleo tan sólo del compás y la regla.
Por salirse de los patrones empleados en la mayor parte de los doseles de las sillas bajas  con motivos geométricos creo que tres o cuatro de estos deben proceder de la “restauración” del coro previa a la reapertura de la catedral en 1901.
Al complicarse los diseños geométricos de la decoración de los doseles las formas de ésta comenzarán a aproximarse a la que presentan los doseles con ornamentación “vegetal”.
Por último puede señalarse que la mayor diferencia entre las configuraciones geométricas de los doseles de las sillas altas y bajas es debida esencialmente al distinto tamaño de los paneles, pues en muchos de ellos la desigualdad viene obligada tan sólo por la duplicación de los patrones.

BIBLIOGRAFÍA.
-Armstrong, Charles: "Cusacks Freehand ornament", Londres 1895.
-Bartsch, Adam: "Le peintre graveur", Vienne 1808.
-Campos Sánchez-Bordona, M.D.; Tijeira Pablos, M.D.; González-Varas Ibáñez, I;: “Arte, Función y Símbolo. El coro de la catedral de León”, León 2000.
-Gómez Rascón, Máximo,: “El coro de la catedral de León”, León 1994.
-Heim,Dorothee: "La sillería de coro de la catedral de Toledo y la recepción de los modelos del maestro del Hausbuch e Israel van Meckenem", BSAA Arte nº 71, Valladolid 2005.
-Mateo Gómez, Isabel,: “Temas profanos en la escultura gótica. Las sillerías españolas de coro”, Madrid 1979.
-Meyer, Franz S.; “A handbook of ornament”, New York
-Teijeira Pablos, Mª Dolores, :””La influencia del modelo gótico flamenco en León. La sillería de coro catedralicia”, León 1993.
-Teijeira Pablos, Mª Dolores, :”Las sillerías de coro en la escultura tardogótica española. El grupo leonés”, León 1999.

NOTAS.
-Dos son las etapas constructivas de la sillería de coro actual de la catedral de León: 1464-1475, años en los que Juan de Malinas y su taller realizan la mayor parte de la obra, y 1475-1481, cuando Maestre Copin de Ver ejecuta los remates de la sillería. Antes, ca. 1460-1464, Maestre Enrique trabajó en la preparación de la obra (elección de madera, visitas a Palencia, Segovia y Sahagún para analizar tipologías, …). 
-Los dibujos utilizados en la composición de las imágenes correspondientes a las “volutas” y a la ornamentación con vides están tomados del “handbook” de ornamentos de Franz Meyer.

                                                                                                           (cont.)
                    

No hay comentarios:

Publicar un comentario