El retablo del Deán Zapata en la iglesia de San Pablo
(Palencia).
Decía J.M. Quadrado, en 1885, en su libro “España. Sus monumentos
y artes. Valladolid, Palencia y Zamora”:
“Antes que reconstruyeran la capilla mayor tan
suntuosamente … , había reformado la colateral de la epístola el deán D.
Gonzalo Zapata, erigiendo en 1516 á la Virgen de la Piedad un retablo de
relieves con doselete de crestería, y mandado abrir y bordar de trepados
follajes el bello arco ojival que comunica con el presbiterio (Por el letrero
del retablo se sabe la fecha y el nombre del fundador, … . En el hueco del
nicho [donde se aloja su sepulcro]
se declara largamente que compró, dotó y reedificó dicha capilla para sepultura
suya y de sus sobrinos)”.
Y en la página 439 publicaba el siguiente grabado:
Don Gonzalo Zapata nació a mediados del siglo XV. Fue deán
de la Catedral de Palencia, donde desarrolló una importante labor al frente del
Cabildo, desde 1479 hasta su muerte; así, por ejemplo, actuó como provisor tras
el fallecimiento del obispo Fray Alonso de Burgos en 1499 o cuando fue
postulado a la sede palentina Don Juan Fernández de Velasco. Murió el 30 de
enero de 1519 y fue sepultado en su capilla de la iglesia del convento dominico
de San Pablo en Palencia; se desconoce por qué decidió no enterrarse en la
catedral donde en 1499 había solicitado permiso al cabildo para hacerlo allí.
El marco que sirve de guardapolvo al retablo está decorado
por hileras de bolas y hojas de acanto en composiciones simétricas; un
repertorio ornamental que nos orienta sobre la aceptación de su autor de los
modelos decorativos del primer renacimiento. Por el contrario, tracerías y
pináculos, así como el dosel que cobija la escena, pertenecen todavía a la
tradición gótica. Según Ara Gil “se trata, por lo tanto de una obra vacilante
en cuanto a la definición del estilo, en la que el concepto general es todavía
gótico pero en el que apunta ya una voluntad de actualización mediante la
incorporación de elementos renacentistas”.
Sobre el calado dosel unas ménsulas parecen preparadas para
soportar las imágenes de un Calvario hoy en día inexistente.
El relieve tiene por tema el “Llanto sobre Cristo muerto”. La posición de las imágenes, y su tamaño, ayudan a
que el espectador crea que la escena está desarrollandose delante de él. Sobre
la Virgen de las Angustias, o de la Piedad, reposa Cristo muerto; el resto de
las figuras se organizan alrededor: San Juan sostiene la cabeza de Jesucristo,
María Magdalena, a los pies, arrodillada con las manos juntas; detrás, José de
Arimatea y Nicodemo sostienen los clavos y las tenazas; el grupo se completa
con las figuras de María Salomé y María Cleofás, detrás de la figura de la
Virgen. Al fondo un paisaje en el que una ciudad torreada, que quiere representar
a Jerusalén, emerge entre los campos arbolados esculpidos con una rudimentaria
perspectiva; en el ángulo superior izquierdo una diminuta figura de hombre
junto a una construcción que puede ser una choza aldeana o el sepulcro en el
que se enterró a Cristo.
Como en el caso del ensamblaje, el estilo de las figuras
muestra el paso de la tradición gótica al nuevo concepto escultórico
renacentista; las formas ampulosas y redondeadas, y la progresiva disolución de
la dureza propia de los pliegues quebrados de finales del siglo XV, así parecen
indicarlo.
El relieve es de madera de nogal; crestería, zócalo con
leyenda y escudos van en madera de frutal, y molduras, caja del relieve,
soportes de cresterías y tablas decoradas con estrellas, en madera de pino.
Su autor es anónimo. Ara, Parrado, Portela, Proske,-todos
entre los mejores y más importantes historiadores del arte castellano-
relacionan el retablo con los relieves del de Dueñas obra del maestro Antonio;
por tomar un texto al azar de uno de ellos: “En la forma de los pliegues y en los rostros de
San Juan y la Magdalena pueden encontrarse semejanzas con los relieves del
retablo de Dueñas…”.
Lo de los “parecidos” entre obras de arte es como lo
habitual con los recién nacidos, -que todos hemos escuchado alguna vez-, de “este niño se parece a su
madre” o “no puede negarse que es clavado a su padre”. Juzguen sino ustedes
mismos:
BIBLIOGRAFíA.
-Andrés Ordax, S.: “Los dominicos en Palencia: el convento
de San Pablo”, en Jornadas sobre el arte de las órdenes religiosas en
Palencia, Palencia 1989.
-Ara Gil, C.J.: Ficha nº 14 del Catálogo de Las Edades del
Hombre, Memorias y Esplendores, Palencia
1999.
-Parrado del Olmo, J.M.: “Estilo de los ensamblajes góticos
palentinos”, en Jornadas sobre el gótico en la provincia de Palencia, Palencia 1988.
-Javier Sánchez Herrero, "Vida y costumbres de los componentes del Cabildo Catedral de Palencia a finales del siglo XV",Sevilla 1976.
-Javier Sánchez Herrero, "Vida y costumbres de los componentes del Cabildo Catedral de Palencia a finales del siglo XV",Sevilla 1976.
-Portela Sandoval, F.J.: “La escultura del Renacimiento
en Palencia”, Palencia 1977.
-Quadrado, J.M.: “España. Sus monumentos y Artes. Su
naturaleza e historia. Valladoli, Palencia y Zamora”, Barcelona 1885.
-Sancho Campo, A.: “La Pasión y Resurrección del Señor en el
arte palentino”, en El Arte Sacro en Palencia, t. III, Palencia 1972
-Yarza Luaces, J.: “Definición y ambiguedad del tardogótico
palentino: escultura”, en Actas del I Congreso de Historia de Palencia, t. I, Valladolid 1987.
NOTA:
NOTA:
Para el conocimiento de la vida y religiosidad medieval
tienen especial valor dos tipos de documentos: los sínodos diocesanos y las
visitas pastorales. El Archivo Catedralicio de Palencia sólo conserva de época
medieval documentos de una visita pastoral; la realizada al Cabildo Catedral en
1481-1482 por el obispo don Diego Hurtado de Mendoza.
El cabildo se componía de cabildo mayor, -formado por
personas o dignidades y canónigos-, cabildo menor, -eran los racioneros-, y
auxiliares del cabildo (capellanes de número, niños del coro y otros
servidores). En Palencia en 1481 había doce dignidades: deán, chantre,
tesorero, maestrescuela, 4 arcedianos y 4 abades.
La visita de 1481 no se efectuó presentando un mismo
formulario a todos y cada uno de los capitulares, sino que se eligieron dos
canónigos, cuatro racioneros y tres capellanes, quienes fueron declarando ante
el obispo y acompañantes sobre la vida y costumbres de cada uno de los
capitulares. Esto es lo que se dijo del deán don Gonzalo Zapata:
“E preguntados los dichos benefiçiados por el dicho señor
obispo cada uno dellos particularmente, de la persona del dean don Gonçalo
Çapata, como se avia en el regimiento del choro e del altar, e honestidat de su
persona e vida, todos cada uno apuntadamente preguntados concordaron, que el
dicho dean regia bien el choro e las personas del e el serviçio del altar e en
sylençio, e que bevia honestamente, e que le non sabian aver tenido mala
compañia de mujer ni infamia dello, e que creyan que era buen christiano en
todo, e que segun el poco tiempo avia estado en la iglesia no sabian del mas,
ni sy se confesava o no, e que gastava su hasienda honrradamente e con teson e
que era sufiçiente para su oficio”.
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