miércoles, 28 de noviembre de 2012

SILLERÍAS DE CORO (V)


Colección de Misericordias. De la Sillería de coro de la Catedral de Astorga. (III)
(TERCERA PARTE)


3. MISERICORDIAS.

"Llamamos Fábulas ciertos cuentos, cuya corteza es un entretenimiento de cosas ridículas, introduciendo a los animales, como al león, al lobo, a la raposa, y a los demás que hablan, y razonan entre sí: y debaxo della ay una doctrina moral, en la qual se nos advierte de lo que devemos hazer, y de lo que nos devemos guardar".
                                                                   Sebastián de Covarrubias, "Diccionario", 1611

3.3. VICIOS, VIRTUDES Y ESCENAS DE LA VIDA DIARIA.

El hombre de la Edad Media buscaba en todas las cosas la enseñanza que se encerraba en ellas desde el punto de vista de la bondad o de la malicia. Las fábulas grecolatinas eran muy conocidas dado que se utilizaban para la enseñanza del latín; el género llegó a ser tan popular que los predicadores no dudaron en incluir en sus sermones ejemplos procedentes de las fábulas juglarescas pues su objetivo era llamar la atención del auditorio al tiempo que trataban de inculcarle una enseñanza edificante fácilmente comprensible. Dado que a las sillerías de coro de las catedrales sólo tenían acceso el cabildo, el mensaje plasmado allí se dirigía a un grupo teóricamente en posesión de un cierto nivel cultural y familiarizado con las Sagradas Escrituras.
Los textos impresos de las fábulas de Esopo - los conocidos como "Esopos anotados"-, disponían desde el siglo XVI de unos proverbios en los márgenes que sintetizaban la moral de cada fábula (realzados en la impresión de Cromberger, 1521, por una manecilla que apuntaba hacia el interior); gran parte del éxito de las primeras ediciones de la obra en lengua castellana se debió también a la serie de bellos grabados que la ilustraban. Esta estrategia mercantil al tiempo que facilitaba su memorización permitía visualizar el contenido moral con claridad. Un papel similar era el que representaban las imágenes talladas en las misericordias de las sillerías de coro góticas.
En el márgen izquierdo, p.e., de la hoja que contiene la "Fábula del cuervo y la culebra" se formula así la sentencia que resume la moraleja: "Antes de querer poseer algún bien, primero hay que valorar si su costo vale la pena".
Y dice así la fábula correspondiente de Esopo: "Andaba un cuervo escaso de comida y vio en el prado a una culebra dormida al sol; cayó veloz sobre ella y la raptó. Mas la culebra, despertando de su sueño, se volvió y le mordió. El cuervo viéndose morir dijo: ¡ Desdichado de mí, que encontré un tesoro pero a costa de mi vida!".
Esta fábula debió inspirar uno de los emblemas -"Mueren más por comer demasiado que por la espada"-, del primer y probablemente más popular libro de emblemas francés, el "Theatre des bons engins" de Guillaume de la Perrière, publicado en 1540.
[Recordemos que en el siglo XV se denominaba "emblema" a una imagen enigmática provista de un título o leyenda que ayudaba a descifrar el sentido moral oculto que se recogía en un texto bajo la imagen].
"Cuando el Cuervo deglute la Serpiente/ Al gusto le parece azucarado, o carne de venado:/ Después se arrepiente mucho:/ Porque el buen gusto, pronto se vuelve veneno./ Hay que comer y beber razonablemente,/ Y no sofocar la naturaleza:/ Porque el que bebe y come sin mesura,/ Se encamina a su fin:/ La Gula hace más destrozos,/ Que los que pueda hacer Marte con su cortante espada".
La primera gran edición europea impresa -acompañada de grabados realizados con tacos de madera-, de las Fábulas de Esopo fue la que realizó Heinrich Steinhowel en Ausburgo en 1477-78 en edición bilingüe latín y alemán; incluía una legendaria y novelesca biografía de Esopo conocida como "Vida de Esopo".
Una de las misericordias de la sillería de la catedral de Astorga quizás refleje un pasaje de esta que narra como Esopo, esclavo hortelano -vendido por una cantidad mísera a un comerciante de esclavos-, en un viaje acordó con los demás siervos que él transportaría durante el recorrido el fardo que contenía los panes. Al principio la carga hizo que Esopo tuviera que esforzarse como los demás, pero a medida que avanzaba el trayecto su peso disminuía al irse consumiendo los alimentos, y al final, mientras los otros esclavos sudaban la gota gorda haciendo de porteadores, Esopo terminaba el trayecto sin nada en la espalda. El grabado que acompañaba este pasaje de la Vida de Esopo en la edición de 1477-78 era el siguiente:
En otra misericordia, muy semejante a la anterior, figura un hombre con un canasto a la espalda y un paje detrás que le arrebata uvas y manzanas (según descripción de Manuel Moreno); el hombre portador del cesto va perdiendo sus pantalones. Para Elaine C. Block es una ilustración de un proverbio flamenco : "An apple for your thirst" ("Una manzana para su apetito"), y considera se refiere al pecado de Avaricia. Isabel Mateo la pone en relación también con el anterior pasaje de la Vida de Esopo.
En una misericordia se representa a una sirena con cuerpo de mujer y cola de pez imbricada de escamas y terminada en aletas; sujeta con una mano un espejo y con la otra un enorme peine. Todos los autores asignan a las sirenas el simbolismo de la seducción femenina, que ocasiona la perdición del hombre, en base al pasaje de la Odisea que cuenta cómo Ulises para no oír su canto que perdía a los navegantes tapó los oídos de sus hombres con cera y ordenó que a él le sujetaran al mástil. Según Reau  "desde siempre fueron consideradas como el símbolo de la tentación diabólica a través de la lujuria", y según la literatura medieval "Las sirenas significan las mujeres locas que atraen a los hombres con sus encantos".
El mono es uno de los animales más representados en las sillerías de coro, formando parte de las escenas más variadas. Según el "Physiologus" griego "este animal es muy travieso y aficionado a la imitación; todo lo que ve hacer a los hombres, lo repite inmediatamente", por lo que si tenemos sólo en cuenta el simbolismo que le asigna -así como todas las iconografías posteriores-, lo identificaríamos con el diablo y con los diferentes pecados capitales que este representa. En una misericordia vemos a un mono sentado con sombrero peinando a un hombre desnudo que tiene flores en la mano; "el simio muestra la peineta con que arregla el cabello de aquel". Para Velado Graña "a la tradicional identificación simbólica del simio con la lujuria (expresa aquí por el hecho de aparecer ambas figuras desnudas), hemos de añadir la vanidad, representada por el peine".
La cofia o gorro de la mujer se reconoce bien en otra misericordia esculpida donde vemos un hombre y una mujer, los dos desnudos, dedicándose a retozar en forma poco edificante (Maeterlinck dixit). Conviene, quizás, tener en cuenta dos consideraciones: De una parte recordar que al final de la Edad Media no todas las manifestaciones del pecado se consideraban igual de perniciosas siendo, p.e., el pecado de lujuria criticado con fuerza pero tolerado con amplitud. De otra parte no se debe olvidar que el espacio del coro era lugar limitado a los miembros del coro por lo que la iconografía, y su enseñanza moral, estaba dirigida exclusivamente a los ojos de los clérigos.
La lujuria aparece en las misericordias de las sillerías expresada de muy diversas formas. Una escena curiosa es la que ofrece la misericordia de la sillería de la catedral de Astorga en la que un hombre llama la atención de una mujer, ataviada con camisa o vestido de escote cuadrado y sofisticado cinturón, tocándola en el hombro; es la denominada "escena de solicitación".
Son también numerosas las representaciones en que se aluden a la gula -no sólo en el ansia por comer sino, especialmente, en la desordenada afición a la bebida-, en las misericordias de las sillerías, siempre con carácter moralizador, sea unas veces en tono jocoso o sea en serio. Una muestra del primer caso puede ser la que representa a dos simios caracterizados como hombres, ataviados con chaquetas y redondos sombreros que, sentados ante un barril de vino, mantienen en la mano un vaso cada uno.
Y una representación alusiva a la afición a la bebida pero esta vez en tono más serio puede ser  la que muestra a un hombre con sayo y manto trasegando vino o cerveza de un tonel a un jarro.
[ Claro que tampoco es cuestión de olvidar aquellos versos del "Cancionero tradicional" que dicen: "¡Ay, que me muero y fino,/ que nos ha faltado el vino!./ Mil tabernas he buscado,/ y caro, malo y rogado,/ aunque no henchí mi barquino./ ¡Ay, que me muero y fino,/ que nos ha faltado el vino!". ]
En la Edad Media era considerado como algo deshonroso para el que recibía la afrenta, que un hombre tirase del cabello -o de la barba-, a otro; así, cuenta Isabel Mateo, que en el "Ordenamiento de las Tafurerías", en su ley VI, se acusaba a "cualquier que diere palmada o puñada, o tirare por los cabellos o diere coces a otro ome ...". En una misericordia dos hombres desnudos se tiran del pelo mientras intentan golpearse con látigos o palos; puede ser una crítica de la ira, que causa que los hombres lleguen a las manos.
A veces la simple descripción de la escena representada en la misericordia es difícil de realizar. Es el caso que se muestra a continuación. Para Velado Graña un "bufón" o "loco" impone las manos a un niño envuelto en pañales; para Manuel Moreno un "juglar, cogiendo a un niño fajado, como para pegarle"; para Elaine Block  "un bufón sentado con una holgada chaqueta con botones y capucha de "bufón", sitúa su mano sobre la cabeza, envuelta con tiras de tela, de una mujer o un niño". Paniagua imagina puede tratarse de una figuración de las malas costumbres, "la mala educación de los hijos por parte de sus padres".
En otra misericordia un hombre con capucha es mordido en la pierna por un animal -¿un cerdo?-, que escapa de un saco; si bien un escudo sin blasonar preside la escena -lo que podría referirse a algún lema heráldico-, para Velado Graña podría aludir "a los peligros ciertos que corren los imprudentes y los incautos".
Desde los tiempos más remotos existe la idea de un ser maligno causa de los males que suceden a los hombres: es el diablo; para representarle en el arte se recurre a diversas imágenes pero en general casi siempre terroríficas.  De sus representaciones en la sillería de la catedral de Astorga -posteriores a las misericordias con  estética gótica-, destaca, quizás, una en la que aparecen cuatro cabezas de gran expresividad con orejas apuntadas, cuernos, y apariencia terrible.
Y ya también con una estética lejana a la gótica en una misericordia se representa a dos ángeles disputándose la Sagrada Forma. Uno de ellos tiene el pelo rizado y en el otro los cabellos parecen flamear;  la parte inferior de sus cuerpos se convierten en tallos. Para Velado Graña puede significar una pugna entre el Bien y el Mal.
En la sillería de Astorga hay pocas misericordias con representaciones que podamos denominar de la vida diaria. Una de ellas presenta una escena de danza: dos hombres de pelo rizado chasquean los dedos al tiempo que dan unos pasos que parecen de baile; sentado en el suelo, con las piernas cruzadas, un tercero toca una cornamusa o una gaita. Si tenemos en cuenta que los hombres aparecen desnudos, que el chasquear de los dedos -como el guiño de ojos-, era denunciado en los escritos religiosos como lujurioso, que los bailes eran considerados poco honestos, etc la interpretación del simbolismo de la misericordia puede en realidad ser muy diferente. "Bailes e cantares en las fiestas/ Nin en otro tiempo son honestas" ("Libro de los Enxemplos")
En una misericordia se representa a dos angelotes disputando una "caña" o jugando al pannoy. Escena similar aparece en las sillerías de coro de las catedrales de Toledo y Zamora. El juego se consideraba como representativo de la lucha por el poder, pues son juegos donde los hombres miden su fuerza. Los ejercicios de fuerza fueron muy practicados durante la Edad Media y se incluían, en general, entre los "juegos honestos".
Entre los juegos más prohibidos -considerados como "vicios que se debían combatir" en el concilio de Paris (1212)-, estaban los juegos de cartas. En una misericordia de Astorga  dos hombres, representados por simios o zorros (personificación del engaño y del latrocinio), juegan una partida de naipes. Dorothy y Henry Kraus pone la escena en relación con las costumbres importadas del nuevo Mundo dado que uno fuma en pipa. Personalmente creo que, por razones estilísticas y otras consideraciones, esta misericordia se debió realizar cuando se "hermosea" el coro en el siglo XVIII; no obstante reconozco su gracia.
En una misericordia dos hombres, con jubones ajustados, aparecen luchando; uno de ellos ataca con una pica mientras el otro va armado con un escudo y un garrote. Maeterlinck interpreta las escenas de luchas medievales, en algunos casos, como un sátira de los combates y de los combatientes.
Una vez pasado el período gótico, y en especial durante el Renacimiento, los motivos de las misericordias no son sino un pretexto para dar rienda suelta a un mundo fantástico de formas caprichosas. Por eso no debemos, quizás, buscar simbolismo alguno en la que figura un híbrido -de cintura para arriba es simio y sus extremidades son hilos de fuego o formas vegetales-,  que ataca con un palo a otro cuya cabeza es humana.

BIBLIOGRAFÍA.

-Jurgis Baltrusaitis, "La Edad Media fantástica", Madrid 1994.
-Elaine C. Block, "Corpus of Medieval Misericords", Turnhout (Belgium) 2004.
-Dorothy y Henry Kraus, “Las sillerías góticas españolas”, Madrid 1984.
-Isabel Mateo Gómez, “Temas profanos en la escultura gótica española. Las sillerías de coro”, Madrid 1979.
-Mª Jesús Lacarra Ducay, "Fábulas y proverbios en el Esopo anotado", en "Revista de poética medieval", 23, Alcalá de Henares, 2009.
-Louis Maeterlinck, "Le genre satirique, fantastique et licencieux dans la Sculpture Flamande et Wallone", Paris 1910
-Ignacio Malaxecheverría (ed.), "Bestiario Medieval", Madrid 1989.
-Manuel Moreno, “Catálogo Monumental de la Provincia de León”, Madrid 1925.
-Pedro Paniagua Félix, “El coro y su sillería. Catedral de Astorga”, Astorga 1992.
-Louis Réau, "Iconografía del arte cristiano. Introducción general". Barcelona 2008.
-Andrés A. Rosende Valdés, "Iconografía marginal: las fábulas en las sillerías de coro gallegas", Zaragoza 1986.
-Bernardo Velado Graña, "La Catedral de Astorga y su museo", Astorga 1991.
NOTAS.
-Por internet pueden verse las primeras ediciones impresas de las Fábulas de Esopo, p.e., en la Biblioteca del Congreso USA.

(cont.) 



2 comentarios:

  1. A.A. de
    Luis Planas Duro
    Estimado amigo, ante todo felicitarte efusivamente por tu blog. La difusión de la escultura castellana es imprescindible para garantizar la conservación futura de nuestro patrimonio, por eso, además de felicitarte, agradezco enormemente tu esfuerzo y tu trabajo.
    He estado viendo las páginas relativas a la sillería y tengo una duda sobre el orden que he de seguir. ¿A que página he de acudir para ver las dos primeras partes de esta tercera dedicada a las misericordias de la Catedral de Astorga?
    Gracias por tu ayuda

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias por tu comentario.

    Existen varios métodos para seguir un orden de lectura lógico.
    El más recomendable pienso es pulsar sobre el capitulo que quieres ver en la parte superior del blog, donde dice: "Retablos", "Maestros", "Marginalia", "Escultura funeraria", "Sillerías de coro". Se abrirá entonces el índice de los temas que hay en ese capitulo. Basta con elegir el que deseas ver; luego, al final, del tema si pulsas sobre la indicación (cont.) te lleva a la continuación si existe.

    Un saludo

    ResponderEliminar