La Sillería Baja del coro
de la Catedral de Toledo.
"Pomos" (II).
(SÉPTIMA PARTE)
En el medievo los acróbatas se clasificaban
entre los juglares. Edmond Faral escribía en 1910 que los juglares eran
"todos aquellos que hacían de la poesía o la música su oficio", los
saltimbanquis, los acróbatas y los que daban voltinetas. Thomas Cabham, obispo
de Salibury muerto en 1313, en su "Penitencial"
condenaba en el nombre de la moral a todos los juglares y en particular a los
contorsionistas por cuanto "transformant
corpora sua per turpes saltus et per turpes gestus, vel denudando se turpiter,
vel induendo horribiles larvas, et omnes tales damnabiles sunt, nisi
reliquierint oficia sua". La juglaría fue considerada por la iglesia
como una actividad perniciosa que incitaba al pecado, en especial a la lujuria,
y por tanto a la condena eterna.
Según la época las
representaciones de los acróbatas ha ocupado lugares diferentes; durante el
románico hispano fueron bastante
abundantes y se exhibían sobre todo en canecillos y capiteles, de gran tamaño o
casi miniaturas. Su pirueta consistía en realizar la deformación completa del
tronco hasta tocar los pies con las manos; algunas veces se coloreaba con
matices obscenos. Un ejemplo no muy conocido es la representación que figura en
la iglesia de Santa María en el pueblecito leridano de Covet; se muestra en la
arquivolta exterior, la más lejana a Dios, próximo a una serie de imágenes
estimadas como pecaminosas: junto a las figuras de Adán y Eva tras el pecado, y
al lado de músicos, y del diablo.
En el siglo XIII los acróbatas parecen
abandonar canecillos, capiteles o arquivoltas y se refugian en las "marginalias" de los manuscritos en
especial salterios y libros de Horas; quizás una buena colección de ellos es la
que aparece, junto a una serie de criaturas fantásticas, en el Rutland Psalter
-Additional MS 62925 de la British Library-, realizado en 1260. Aunque ya muy
posterior puede ser representativo un fragmento de un grabado -Niños de la
Luna-, del Maestro del Hausbuch, activo en la zona central del Rin entre 1470 y
1500, de quien Rodrigo Alemán disponía de algunas estampas y las usó como
modelos en otras partes de la sillería.
En los siglos XV y XVI son en las
sillas de coro donde aparentan haberse refugiado, tanto en las misericordias
como en los pomos y apoyamanos; una época -en especial la de finales del siglo
XV-, particularmente agitada, llena de contrastes, un tiempo de profunda
crisis, de cambios, en un mundo que se acaba y otro que nace con la
incertidumbre de los espíritus y la puesta en cuestión de los valores. En uno de los pomos de la sillería baja de la
catedral de Toledo "dos figuras en
ambigua posición han sido relacionadas por los estudiosos de la sillerías con
el pecado abominable" escribe el doctor Fernando López-Ríos; y más
adelante continua: "La propuesta
nuestra es que se trata de dos saltimbanquis, contorsionistas que entremezclan
sus cuerpos. A precisar nuestro sentir nos ayuda el que estén vestidos"
Si me parece, por el contrario,
una crítica del pecado de lujuria el pomo en el que se hace alusión a la
sodomía, o mejor a la zoofilia o bestialismo, mediante la representación de un
hombre desnudo sobre un mono. Estas representaciones conocidas como profanas y
con temas de carácter escabroso tenían una voluntad didáctica de condena y
moralizadora; y quizás sirviesen para recordar en una sociedad
predominantemente rural lo que se decía en el Levítico [18: 23-24] "No te ayuntarás con bestia, manchándote con
ella. ... No os manchéis con ninguna de estas cosas, pues con ellas se han
manchado, los pueblos que yo voy a arrojar de delante de vosotros".
Que los clérigos conocían lo que se tallaba en la ornamentación de los estalos
puede ser un ejemplo la silla que hizo
Rodrigo Alemán para la catedral de Plasencia -actualmente se conserva en el
museo nacional de escultura Colegio de San Gregorio-, que fue motivo de
discusión entre expertos acerca de si fue realizada como "silla del
penitenciario" (Isabel Mateo) o si "formó parte de la silla episcopal
y luego se destinó a uso del penitenciario" (Manuel Arias); el caso es que
en el apoyamanos del lado izquierdo de la silla se representa a un juglar
tocando una gaita y mostrando sin pudor alguno su sexo, en el derecho un
personaje con hábito de franciscano y rostro monstruoso, y en la misericordia a
la cortesana Philis cabalgando sobre Aristóteles. Fuese la silla para el
"penitenciario" (una de cuyas funciones principales era la de oír y
absolver en confesión pecados reservados al obispo, así como poder tramitar
dispensas matrimoniales) fuese para el "obispo" no parece, en la mentalidad
actual seguidora de la del siglo XIX, la decoración más adecuada.
Isabel Mateo recuerda el rigor de
las leyes de la Edad Media en lo que se refiere al homosexualismo y al
bestialismo. En "Las Partidas" [7ªPartida, ley 2ª, tít. 21] se
proclama que "Cada uno del pueblo
puede acusar a los omes que fiziessen pecado contra natura, e este acusamiento
puede ser fecho delante del judgador do fiziessen yerro. E si le fuere provado,
deve morir porende, también el que lo faze, como el que lo consiente ... Essa
misma pena deve aver todo ome, o toda mujer que yoguiere con bestia; e deven
demás matar la bestia para la remembranza del fecho".
De los tres grupos en que he
dividido las tallas de los pomos, de animales, de seres fantásticos y antropomorfas, tan sólo nos faltan presentar parte de estas últimas, y como no son muchas voy
a marginar los aspectos iconográficos para hablar un poco de los hombres que
hicieron la sillería.
La primera noticia documentada que
se tiene de Rodrigo Alemán -se trata de uno de tantos artistas nórdicos que
vinieron a España durante el siglo XV-, data de 1489 año en el que el cabildo
de la catedral de Toledo le encarga la ejecución de la sillería baja del coro.
Ayudado por cuatro o cinco entalladores en 1494 habían realizado 38 sillas.
Debido a la enfermedad del cardenal Mendoza, promotor de la obra, y a algunos
cambios se paralizó el proyecto durante algunos meses. La obra se terminaría en
la primavera de 1496 -don Petrus Mendossa como escribiría Jerónimo Münzer había
fallecido el 11 de enero de 1495-, con un coste de 604.851 maravedís las 50
sillas. Fue probablemente el fallecimiento del cardenal la razón por la que no
se renovó la sillería alta del coro hasta casi cincuenta años más tarde años
por Felipe Bigarny y Alonso Berruguete.
Se desconoce el origen y formación
de Rodrigo Alemán, Maestre Rodrigo o Maestre Rodrigo entallador, nombres con los
que habitualmente se le conoce. Para Mayer y Hector Luis Arena -en base a razones
estilísticas-, provenía de la comarca del Bajo Rhin; tras la publicación
de los documentos sobre el pleito que tuvo su hijo Rodrigo Enrique en el
tribunal de la Inquisición de Cuenca y en el que se declaró ser hijo de "flamenco e hidalgo" algunos pasaron
a pensar que su nacionalidad era esta. Dorothee Heim también por razones
estilísticas -en particular valora grandemente la semejanza de algunos motivos
de la "pequeña sillería" de la iglesia de Sta Catalina de Hoogstraten
con los de Toledo-, se inclina porque su
origen estuviese en el Brabante meridional y en particular la región de Kempen
cercana a Amberes o que al menos ese fuera su origen artístico.
Terminada la sillería de la catedral
inició un largo período de incertidumbre profesional que le llevó a buscar
obras fuera de Toledo (aquí hizo unas pocas cosas como ocho pares de alas
destinadas a los ángeles de la procesión del Corpus Christi, una cruz
procesional de madera cubierta de plata o reparaciones en la vieja fila de
asientos altos del coro). En 1497 se comprometió con el cabildo de la catedral
de Plasencia para realizar el facistol del coro y las dos sillas reales que
rematan la sillería alta. Un año después, 1498, firma con el cabildo
catedralicio de Ciudad Rodrigo un contrato para realizar dos sillas del coro
como muestra para el resto del conjunto, "... y se obligan que el dicho Maestro Rodrigo hará todas las otras
syllas que son menester en el dicho coro ... " ["Libro de Cuéntas
de Fábrica 1493-1504", A.C.C.R.], y en 1499 firma otro para hacer el resto
de la sillería.
En octubre de ese año de 1499 escritura junto a Peti Juan con el
cabildo toledano la realización de la bancada del retablo mayor -aunque al
parecer terminaron por subcontratar relieves y esculturas a Copin de Holanda y
Sebastián de Almonacid-, y en 1501 abandona los proyectos para el nuevo retablo
mayor y ajusta con la Fábrica de la Catedral el desaparecido retablo de San
Ildefonso. Durante estos años maese Rodrigo trató de compatibilizar el trabajo
en las tres ciudades, actuando muchas veces como empresario que subcontrataba
con otros escultores, sin demasiado éxito comercial aunque sí artístico. A
finales de 1504 se le cita en Toledo realizando una tasación de unas piezas
para el retablo mayor. En el puente de la Isla de Plasencia, aparece junto a su
nombre la fecha de 1512, probablemente fue su última obra pues se supone murió
poco después en Plasencia. El texto dice: "Esta noble ciudad de Plasencia mandó haser esta puente de la ysla
reynando el Rey don Hernando e la Reyna Doña Ysabel nros. señores y comensose
en el año del Señor de Mill e quinientos e acabose en el de quinientos e dose e
fue maestre della maestre Rodrigo aleman". No obstante Dorothee Hein
piensa que el puente se terminó en 1507.
De Rodrigo Alemán -como de algunos
otros artistas de la época-, existen muchas leyendas bastantes de las cuales
fueron propagadas por escritores religiosos en el decir de Dorothy y Henry
Kraus; elijo una tomada de un texto de 1910 aunque su versión original es de 1890.
Dice así Vicente Paredes al hablar de la sillería de coro de la catedral de
Plasencia: "La tradición y algunos
autores serios cuentan que orgulloso de su obra, dijo que Dios no podría hacer
otra tal por cuya blasfemia fue encerrado en una de las torres de la Iglesia, y
no alimentándose más que de aves con sus plumas se vistió como ellas y como
ellas voló; pero con tal desgracia, que cual otro Icaro, en su caida encontró
la muerte: Otros aseguran fue la causa del vuelo y la prisión la persecución de
sus acreedores".
Rodrigo Alemán posiblemente llegó
a Toledo acompañado por un hermano. Un documento de pago de abril de 1501 dice
así: "en primero día de abril del
dicho Año pago el dicho Reçebtor... y a su hermano de maestre rrodrigo çien mrs
de dos dias que aserro en la dicha obra..."; aunque al no ser el texto muy claro puede plantearse
si la identificación no corresponde a otra persona. El hijo de maestre Rodrigo,
Rodrigo Enrique, al parecer no había conocido a su madre; en el pleito con el
tribunal de la Inquisición de Cuenca en 1524 expresó que sobre su madre (la
esposa de Rodrigo Alemán) "había oído decir que se llamaba Mari López, hija de Juana Zoleta, natural
de Villaescusa". El no saber quien era su propia madre puede significar que
Rodrigo Alemán se hubiera casado una segunda vez tras la muerte de Mari López;
es lo que parece afirmarse en los Libros de Contabilidad de la catedral de
Toledo donde se enumeran los ingresos por bienes, como casas o terrenos, y junto al
nombre de Mayor Sánchez aparece la anotación de "Muger de maestre Rodrigo"; en los pagos, que llegan hasta por
lo menos el año 1514, el que anotaba los libros escribía siempre junto a Mayor
Sánchez que era la mujer de maestre Rodrigo. El proceso a Rodrigo Enrique se siguió por haber perseguido con la espada desenvainada a los oficiales del Santo Oficio porque se llevaban a su mujer; el tribunal le condenó, por haber intentado liberar a su mujer, a que le pusiesen sobre un asno para ser azotado por las calles públicas, y le desterraron de Belmonte -de donde era vecino-, durante un año.
Si bien la primera vez que aparece
Rodrigo Alemán en los libros de contabilidad de la catedral de Toledo en 1489 se
refieren a la construcción de la sillería de coro existe una anotación en los
libros de Obra y Fábrica -OF 795 fol 182v, publicado por Zarco del Valle en
1916-, de octubre/noviembre del año 1500 en que se dice: "... los señores del cauildo ... mandaron que
el dicho señor obrero dé e pague al dicho maestre rodrigo entallador diez e
siete mill mrs. por ciertos cargos que la obra era al dicho maestre rodrigo de çiertas obras e muestras que tenia
fechas en seruicio de la obra de diez o doze años a esta parte...".
Esto significaría que Rodrigo Alemán probablemente habría llegado a Toledo para
trabajar en el primer proyecto del Retablo Mayor de la catedral patrocinado por
el arzobispo don Pedro González de Mendoza.
BIBLIOGRAFÍA.
-Héctor Luis Arena, "Las
sillerías de coro del maestro Rodrigo Alemán", BSAA t.XXXII, Valladolid
1966.
-Michael Camille, "Images
dans les marges. Aux limites de l'art médiéval", Paris 1997.
-Edmond Faral, "Les Jongleurs
en France au Moyen Age", Paris 1910.
-Dorothee Heim, "Rodrigo
Alemán und die Toledaner Skulptur um 1500", Kiel 2006.
-Dorothee Heim, "El
entallador Rodrigo Alemán, su origen y su taller", A.E.A. nº 270, Madrid
1995.
-Dorothee Heim, "La sillería
del coro de la catedral de Toledo y la recepción de los modelos del Maestro del
Hausbuch e Israhel van Meckenem", Valladolid 2005.
-José Ignacio Hernández y Manuel
Arias Martínez, "La silla de Rodrigo Alemán en el Museo Nacional de
Escultura", Valladolid 1995.
-Dorothy y Henry Kraus, "Las
sillerías góticas españolas", Madrid 1984.
-Fernando López-Ríos Fernández,
"Arte y medicina en las misericordias de los coros españoles",
Salamanca 1991.
-Louis Maeterlinck, "Le genre
satirique, fantastique et licencieux dans la sculpture flamande et wallone: les
misericords des stalles", Paris 1910
-Isabel Mateo Gómez, "Temas
profanos en la escultura gótica española. Las sillerías de coro", Madrid
1979.
-Isabel Mateo Gómez, "Sillas
de coro góticas fuera de España", Madrid 2003.
-Mª Luz Rokiski Lázaro, "Proceso del Tribunal de la Inquisición de Cuenca contra el entallador Rodrigo Enrique", A.E.A. nº. 205-208, Madrid 1979.
-Mª Luz Rokiski Lázaro, "Proceso del Tribunal de la Inquisición de Cuenca contra el entallador Rodrigo Enrique", A.E.A. nº. 205-208, Madrid 1979.
-Mª Dolores Teijeira Pablos,
"La sillería coral de Rodrigo Alemán en la catedral de Ciudad
Rodrigo", Salamanca 2006.
-Manuel Zarco del Valle,
"Datos documentales inéditos para la historia del arte español. II.
Documentos de la catedral de Toledo", Toledo 1916.
No hay comentarios:
Publicar un comentario