sábado, 14 de enero de 2012

MAESTROS (I)


4. Gil de Siloe. Obras menores.


Es de suponer que Gil de Siloe y su taller, junto con las grandes obras que conocemos, se comprometieran también con imágenes sueltas.

1- Virgen de Santa María la Mayor (Burgos).
El Arco de Santa María,en Burgos, es en realidad un revestimiento de una torre-puerta de la antigua muralla de la ciudad. La parte de la misma que dá al puente, tambien llamado de Santa María, en la práctica es un retablo de índole profana. 
La torre es un elemento del siglo XIV de acusadas características militares; como puerta, existía desde tiempos de Alfonso XI, y para ella, al parecer pues no hay datos feacientes, Gil de Siloe realizó en piedra caliza una imagen policromada de la Virgen de Santa María la Mayor patrona de la ciudad.
 En 1531 el ayuntamiento decidió levantar un arco conmemorativo de la visita que años antes el Emperador había hecho a la ciudad de Burgos. Desde entonces, el interior del Arco, que había sido lugar donde se administraba la justicia pasó a emplearse sucesivamente como cárcel, sede del Ayuntamiento y Museo Arqueológico y de Bellas Artes. Y fue aquí donde a finales del siglo XIX aparece la imagen formando parte de las colecciones del museo; cuando las obras de Juan de Vallejo y Francisco de Colonia en el siglo XVI, para acondicionar la fachada del arco, debió desmontarse y arrumbarse en algún almacen Hoy se exhibe en el “Museo de Burgos”, en la “Casa de Íñigo Angulo”, e -ironías de la historia-, situado en la calle Calera donde Gil de Siloe vivió y tuvo su taller.
 Al estar colocada en una de las puertas más importantes de la ciudad de Burgos, en una época en que a esta podía considerarse como cabeza de Castilla, es lógico que la Virgen de Santa María la Mayor fuera una imágen emblemática no sólo para la ciudad y de la que sin duda se realizarían réplicas.
 Así, la imagen burgalesa de la Virgen con el Niño del retablo de la capilla de la Buena Mañana en la iglesia de San Gil de Burgos obedece al mismo modelo. Durante bastante tiempo estuvo atribuida, al no existir documentación alguna al respecto, a Gil de Siloe hasta que Mª Jesús Gómez Bárcena la consideró realizada por un anónimo maestro formado con él.
Y quizás, también, y con un parecido más cercano aún, la Virgen con el Niño que presidía el monumental retablo de la iglesia de Santa María del Castillo de Frómista,  atribuida por Joaquín Yarza, y reasignada por José Ignacio Hernández Redondo, al Maestro de Covarrubias antiguo colaborador de Gil de Siloe en su taller.
En ambas imágenes se repite el tipo de rostros, la composición general de la figura e incluso la tipología del trono.
En el Museo Marés (Barcelona) se expone una Virgen con el Niño que tambien parece derivar de la que Gil de Siloe hizo para el Arco de Santa María de Burgos aunque ya con algunas diferencias mayores que nos permitirían asignarla a un seguidor del maestro; se la presenta como del “Cercle de Gil de Siloé” bajo el nombre de “Mare de Déu amb el Nen”.
En el Museo se rotula como procedente de una Iglesia de San Pedro Manrique en la provincia de Soria. A señalar que algunas diferencias podrían atribuirse a que en este caso está realizada en madera y probablemente, como parece indicarlo la parte posterior de la imagen, pertenecía a un retablo.

2. Virgen del Coro (Cartuja de Miraflores).
La iglesia de la cartuja de Miraflores está dividida en tres tramos; el primero es un espacio entre la entrada y el coro de los conversos o legos y donados, el segundo es el coro de los conversos, y el tercero, donde se alza el altar mayor, el de los monjes o padres. Al final de este, donde terminan los dos brazos de la sillería, hay dos puertas enfrentadas. Sobre una de ellas, la del muro Sur la que abre a un pequeño claustro de clausura, está ubicada la imagen conocida, por su situación,  como “Virgen del Coro”.
Si bien no ha podido ser documentada, por su estilo, -muy en estrecha relación con las imágenes sedentes de las Virtudes situadas en la base del sepulcro de los reyes Juan II de Castilla e Isabel II de Portugal- se supone que pudo hacerse entre 1489 y 1499 años durante los que Gil de Siloe trabajó en la Cartuja. Y a él se la atribuyen la mayor parte de los historiadores de arte.
La Virgen con el Niño se representa sentada en un trono cuyo respaldo, recubierto con rayos, acaba en un arco ricamente decorado. La Virgen sostiene al Niño sobre su rodilla derecha y sobre la izquierda apoya un libro abierto sobre un paño. La cara del Niño es similar a la de los putti del sepulcro del Infante Alfonso. 
En la parte inferior dos ángeles sostienen un escudo con la cruz y la corona de espinas. En los brazos del trono se representa en uno de ellos un “ángel blandiendo una espada”  y en el otro “Adán y Eva huyendo”, motivo iconográfico bastante habitual en la pintura flamenca del siglo XV.
Otra Virgen con el Niño (77x50,5 cm), casi idéntica, pudo estar colocada originalmente en el muro opuesto sobre la puerta que se abría a un amplio patio que comunicaba con el antiguo Palacio de Miraflores y que hoy dá paso a la capilla de San Bruno. También ha sido atribuida a Gil de Siloe. Pertenece a colección particular y en 1992 se presentó en Toledo en la exposición “Los Reyes Católicos, Maximiliano I y los inicios de la casa de Austria en España”. La cabeza del Niño ha sido completamente restaurada y con bastante poca fortuna. El arco del respaldo del trono repite uno de los modelos de las prendas de los Reyes en el sepulcro de la Cartuja y en los arrugados pliegues entre las rodillas puede notarse la forma en-corazón asociada a ciertas imágenes realizadas por Gil de Siloe.

3. San Andrés (Iglesia de San Esteban, Burgos).
“Costó la filiara con la ymagen de San Andrés que fiso  maestre Gil 1.240 maravedis”
Libro de Fábrica de 1469-1542, parroquial de San Esteban, descargo del mayordomo Pedro de Padilla.
El reducido tamaño de la imagen, 68 cm de altura, y su emplazamiento en la parte superior del retablo del “Cristo” del siglo XVIII, -lado de la Epístola de la iglesia de San Esteban-, donde la identificó Post como una que se menciona en la documentación parroquial, Libro de Fábrica de 1469-1542, dificultó su estudio realizándose diversas atribuciones a su autoría.
Tallado en madera, es en el tratamiento de la cabeza, y en el desinterés que pone en el resto de la anatomía (las rodillas las trata como a clavijas para colgar los paños de las túnicas), donde la escultura presenta los rasgos típicos de la forma de hacer de Gil de Siloe. Largos cabellos rizados que cubren los hombros, barba muy poblada arrancando justo bajo los pómulos, severidad del rostro, ojos almendrados, son características propias de algunas obras de Gil de Siloe.
[El dorado de la imagen debe corresponder a los años en que se incorporó en el retablo del siglo XVIII]

4. Puertas de madera de paso al claustro (Catedral de Burgos).
En el siglo XIII, cuando se estaba construyendo el claustro, se abrió en el transepto sur de la Catedral de Burgos una puerta que comunicaba con él; en la segunda mitad del XV el obispo Luis de Acuña encargó dos batientes para cerrar el paso.
Augusto L. Mayer escribía en 1928: ”Las dos hojas talladas de la puerta de entrada al claustro de la catedral de Burgos llevan tambien el escudo de Acuña y es igualmente una producción de nuestro maestro Gil”. Los escudos del obispo Luis de Acuña en las molduras sobre los relieves de San Pedro y San Pablo identifican al donante. Para Wethey estilísticamente las puertas se situan entre el retablo del Árbol de Jesse y el de Miraflores, de modo que su datación sería el período 1492-1495, poco antes de la muerte del obispo que falleció en 1495.
Cada batiente incorpora dos grandes relieves, siendo el inferior un santo, San Pedro o San Pablo, -hoy en día bastante desgastados-, y el superior la “Entrada en Jerusalén” y el “Quebrantamiento de los Infiernos” . Aunque la madera está gravemente agrietada y dañada su superficie por el uso las puertas son aún impresionantes.

 El relieve de la Entrada en Jerusalén, bastante bien resuelto compositivamente, es bastante característico de Gil de Siloe. El paisaje se compone de rocas geométricas, edificios distantes y árboles de diseño naturalista formalizados en un tratamiento esquematizado. El tocado en forma de turbante de la mujer de la parte superior derecha recuerda el del Nacimiento de la Virgen del retablo del Árbol de Jesse, el niño de la parte baja derecha puede compararse con los portadores del escudo del Infante don Alfonso en su sepulcro, por ejemplo.
La imagen del “Quebrantamiento de los Infiernos y Liberación de los Justos”, o Descensus Christi ad Inferos, se popularizó en la cristiandad oriental en el período Bizantino Medio, utilizándola el arte cristiano como sinónimo de la Resurrección de Cristo y de su triunfo sobre la muerte. Si bien los textos canónicos no aludían a ella o lo hacían muy de pasada, algunos apócrifos tempranos, como la segunda parte del “Evangelio de Nicodemo”, daban detalles de gran precisión. En la composición más frecuente Cristo está en pie,dominador, alargando la mano a Adán, con Eva próxima, del mismo modo que recibía el emperador a la ciudad o provincia conquistada, lo que puede darnos una idea de la procedencia iconográfica. Los personajes que siguen a Adán son los indiferenciados justos que Cristo llevará al Paraiso; el averno se representa como la monstruosa cabeza del Leviatán bíblico.
La figurilla de la parte superior del parteluz es una Virgen con el Niño (fragmentado). Las cuatro pequeñas figuras situadas a los lados de San Pedro y San Pablo son los cuatro Evangelistas; las otras figuras de santos y santas no pueden identificarse con mucha certeza.
San Pedro y San Pablo son las imágenes mejor talladas y recuerdan a las figuras de Santiago del sepulcro de Juan de Padilla del monasterio de Fresdeval
Subsisten restos de las molduras que nos avisan representaron una combinación de animales, follage y aves. Bajo San Pablo un putto está tirando por la cola de uno de los perros de pelea;un intento de hacernos sonreir que nos recuerda los motivos de la parte baja de los sepulcros de la Cartuja de Miraflores.

BIBLIOGRAFÍA.

-Salvador Andrés Ordax, ficha nº. 100 Cat. Exp. “El contrapunto y su morada”, Las Edades del Hombre, Salamanca 1993.
-Mª Jesús Gómez Bárcena, “El retablo de Nuestra Señora de la iglesia de San Gil de Burgos”, Bol. del M. Camón Aznar, Zaragoza 1986.
-Ignacio González de Santiago, "El arco de Santa María en Burgos", BSAA t.55, Valladolid 1989.
-José ignacio Hernández Redondo, “En torno al Maestro de Covarrubias”, en “Actas del congreso internacional sobre Gil de Siloe y la escultura de su época”, Burgos 2001.
-Ronda Kasl, ficha nº2 Cat. exp. “Reyes y Mecenas. Los Reyes Católicos, Maximiliano I y los inicios de la Casa de Austria en España”, Toledo 1992.
-Teófilo López Mata, “El barrio e Iglesia de San Esteban”, Burgos 1946.
-Augusto L. Mayer, “El estilo gótico en España”, traducc. española Madrid 1960.
-Ch. R. Post, “Diego de la Cruz”, Gazette des Beaux Arts I, 1959.
-Beatrice Gilman Proske, “Castilian Sculpture. Gothic to Renaissance”, New York 1951.
-Harold E. Wethey, “Gil de Siloe and his school”, Massachusetts 1936.
-Joaquín Yarza, “Gil de Siloe”, Historia16, Madrid 1991.
-Miguel Ángel Zalama, ficha nº 128, Cat. Exp. “Reyes y Mecenas. Los Reyes Católicos, Maximiliano I y los inicios de la Casa de Austria en España”, Toledo 1992.

NOTAS:
-En el Museo de Burgos se expone una imagen de
Santa Catalina procedente de una compra en el comercio de antiguedades. No la he considerado porque en mi opinión no fue realizada por Gil de Siloe o su taller.
-Aunque he oido hablar de una imagen que podría haber sido realizada por Gil de Siloe existente en el Instituto Valencia de Don Juan en Madrid no he conseguido autorización para fotografiarla o verla. Lo siento.
-En enero de 2013 la familia Varez Fisa dona al Museo del Prado la escultura de la Virgen que se ubicó sobre la "Puerta de la Capilla" en la Cartuja de Miraflores.
-En la iglesia de la Asunción del pueblecito burgalés de Santa María del Campo se conserva una imagen de Santa Lucía realizada por Gil de Siloe o su taller.
De tipología similar a la pequeña figura de "santa mártir" del retablo de la Cartuja de Miraflores es sensiblemente mayor  con unas dimensiones de 78x42x26 cm.
Su parte posterior es plana por lo que la escultura debió realizarse para ser incorporada en algún retablo. Se desconoce como llegó a Santa Mª del Campo; una hipótesis es que se conservara en el taller que había pertenecido a su padre y fuera llevada por Diego de Siloe a la iglesia cuando trabajaba en la construcción de la torre. 
Don Primitivo Arroyo Gonzalo, párroco de la iglesia de la Asunción de Sta. Mª del Campo durante más de cuarenta años, escribió -publicada en 1954 un año después de su muerte- a partir de la documentación conservada en el Archivo Parroquial, una muy amena y agradable historia de la Iglesia y Municipio. En ella se dice que la imagen perteneció a la ermita de Santa Lucía, "adonde llaman Santa Lucía, en la raya de Belbimbre y Villaverde Monjina".
(pto. y fotos añadidas en 15-06-14)

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