De la sillería de
coro de la Catedral de Ciudad Rodrigo.
"Drôleries",
Frisos y Misericordias.
Frisos (II).
Una
de las formas que utilizó el arte tardogótico -y en general las miniaturas de
los manuscritos medievales-, para criticar la vida poco edificante de los
miembros del clero, fue la representación de híbridos compuestos por cabeza y
tronco de religioso que se unían a extremidad de animal. Estos seres híbridos
no acostumbraban ser simples decoraciones
o motivos para entretenimiento sino que solían implicar motivaciones morales;
la relajación de costumbres de muchos de los príncipes de la iglesia dominados
por la excesiva ambición de poder, la simonía, el nicolaísmo, la hipocresía, el
lujo y la lujuria, llevó a muchos poetas y artistas a quejarse con violencia
contra ellos. Así en un pequeño friso de la sillería alta del coro de la
Catedral de Ciudad Rodrigo un híbrido aparece caracterizado como obispo o abad mitrado de
cintura para arriba -lleva cubierta su cabeza con la mitra y sujeta con la mano izquierda el báculo que ahora ha perdido su voluta superior-, siendo su parte inferior
una cola de reptil.
Los
híbridos como desviaciones eventuales del orden natural eran, para los hombres
de la época, mensajes deliberados de Dios para señalar su descontento con determinadas
acciones o situaciones; su origen no era otro que el pecado. Sin duda los
canónigos, principales destinatarios de estos motivos -y quizás sus creadores
ideológicos-, conocían los textos y significados a los que remitían los seres
híbridos; si a veces sirvieron para distraerlos, también muchas otras su
función era recordarles las funestas consecuencias de las degradaciones morales
que convertían al hombre en bestia.
Casi
un siglo antes de la realización de la sillería Pedro López de Ayala había
escrito su obra satírica y didáctica, el "Rimado de Palacio", donde pasaba revista a la sociedad de su
tiempo y describía a la jerarquía
religiosa con versos como estos p.e.: "Si
estos son ministros, sonlo de Satanás/ ca nunca buenas obras tú fazer les verás"
o "Non fablo en ximonía, nin en
otros muchos males/ que andan por la corte entre los cardenales".
En la parte superior de varios de los folios del Libro "Horae ad usum romanum" impreso por Pigouchet en los que figuran grabados con escenas del Nuevo Testamento, del Antiguo, o con imágenes fantásticas aparece el dibujo que sirvió de modelo al entallador que realizó el friso en el que figura un híbrido de cola escamosa con cabeza y cuerpo humano que representa a un obispo enfrentado a un cuadrúpedo fantástico; el grabado ya aparece en el incunable de 1497 de las "Horae Beatae Mariae Virginis ad usum Romanum" (latín y francés) que se conserva en la BNE.
En la parte superior de varios de los folios del Libro "Horae ad usum romanum" impreso por Pigouchet en los que figuran grabados con escenas del Nuevo Testamento, del Antiguo, o con imágenes fantásticas aparece el dibujo que sirvió de modelo al entallador que realizó el friso en el que figura un híbrido de cola escamosa con cabeza y cuerpo humano que representa a un obispo enfrentado a un cuadrúpedo fantástico; el grabado ya aparece en el incunable de 1497 de las "Horae Beatae Mariae Virginis ad usum Romanum" (latín y francés) que se conserva en la BNE.
Cuando
afectaba a humanos la metamorfosis era un proceso muy perturbador para la
Iglesia; significaba la amenaza que acecha al hombre de perder su naturaleza
humana a cambio de una naturaleza animal. En un pequeño friso de la sillería se muestra a un
cuadrúpedo con cabeza humana, con barba y capucha, frente a un hombre
que le ofrece algo. Es posible que la representación aluda a la codicia de
frailes o clérigos pues como se dice en el "Libro de los Enxemplos" "Los cobdiciosos son varios et vanos, et toman dones, ensucian sus
manos".
Sobre
el significado que esconden estos monstruos existen dos teorías entre los
estudiosos: los que aducen la forma por la forma, o lo que es lo mismo que no
tienen sentido alguno, y tan sólo son motivos ornamentales y los que buscan un
significado y sostienen que el monstruo es el soporte de un simbolismo moral o
religioso mediante el que se trataba de imbuir el miedo al pecado. En
varios de los folios - normalmente bajo las imágenes a casi plena página que
abren cada gran sección-, de las "Horas
usum romanum" impresas por Thielman Kerver para Gille Remacle en la
edición de 1503 figura un cuadrúpedo fantástico de dos cabezas que sirvió de
modelo a uno de los entalladores de la sillería.
Independientemente de la cuestión económica existían algunas otras ventajas en la utilización de los grabados que aparecían en los Libros de Horas impresos como modelos para las tallas de la sillería; de una parte a los clérigos les resultaba una decoración ya en parte conocida y al entallador le evitaba posibles conflictos en los casos de representaciones controvertidas (caso por ejemplo del híbrido obispo-serpiente). En la sillería de la catedral el animal fantástico ha perdido dos de sus patas y aparece enfrentado a un cuadrúpedo de largo cuello.
Independientemente de la cuestión económica existían algunas otras ventajas en la utilización de los grabados que aparecían en los Libros de Horas impresos como modelos para las tallas de la sillería; de una parte a los clérigos les resultaba una decoración ya en parte conocida y al entallador le evitaba posibles conflictos en los casos de representaciones controvertidas (caso por ejemplo del híbrido obispo-serpiente). En la sillería de la catedral el animal fantástico ha perdido dos de sus patas y aparece enfrentado a un cuadrúpedo de largo cuello.
La
abundancia de animales fantásticos podría deberse a una acción premeditada que
combinara una intencionalidad evangelizadora con la representación de temores
atávicos. Además, la constante lucha del bien y del mal obligó a los artistas a encontrar el modo de producir horror; la fealdad se convirtió en signo de perversión.
Parece
claro que el tallista que realizó el
friso en el que figura un cuadrúpedo fantástico monstruoso tomó como modelo uno
de los grabados de las "Horas usum
romanum" impresas por Philippe Pigouchet.
Si bien como decía Huizinga "Toda la vida estaba saturada por la religión hasta tal punto, que el pueblo estaba en peligro constante de no percibir la diferencia entre las cosas espirituales y las temporales" dos frisos al menos -no debe olvidarse que de los 41 sitiales altos tan sólo 26 nos han llegado con ellos-, presentan motivos profanos que reflejan en alguna manera aspectos de la sociedad de la época sin que se intuya ningún matiz moralizador. Así, p.e., en una de las bandas decorativas se ha representado a dos personas que juegan a la "barra" ("pannoy") entretenimiento que permitía a los hombres medir su fuerza.
Si bien como decía Huizinga "Toda la vida estaba saturada por la religión hasta tal punto, que el pueblo estaba en peligro constante de no percibir la diferencia entre las cosas espirituales y las temporales" dos frisos al menos -no debe olvidarse que de los 41 sitiales altos tan sólo 26 nos han llegado con ellos-, presentan motivos profanos que reflejan en alguna manera aspectos de la sociedad de la época sin que se intuya ningún matiz moralizador. Así, p.e., en una de las bandas decorativas se ha representado a dos personas que juegan a la "barra" ("pannoy") entretenimiento que permitía a los hombres medir su fuerza.
El
friso muestra a dos hombres sentados en el suelo, con sus pies confrontados,
mientras sujetan con ambas manos una barra que cada uno intenta atraer hacia
él. Otra de las bandas decoradas que presenta un tema que podría encuadrarse
entre las representaciones de asuntos de la vida cotidiana -si bien como es
habitual en la obra de Rodrigo Alemán con un cierto tono de humor-, exhibe a dos labriegos que tratan de sujetar a un animal cuadrúpedo.
Un entallador con una técnica algo diferente parece ser el responsable de figuras con marcadas espinas dorsales y apariencia algo
burda. Los cuerpos monstruosos y los rostros grotescos que se observan en
algunas tallas de los frisos recuerdan a los que aparecerían en los cuadros del
Bosco -o de Brueghel años más tarde-, y que representaban al hombre que sólo
persigue la satisfacción de sus deseos, e ilustraban el envilecimiento del
espíritu cuando cede a la locura del pecado.
Este tallista realiza fisonomías sencillas
enmarcadas por cabellos lacios, y es el autor de algunas de las bandas
decoradas con animales imaginarios asociados a lo monstruoso y sus implicaciones
como aquello que se desviaba del orden natural; aunque probablemente como escribía Michael Camille
lo que pretendía el entallador era tan sólo eludir el significado convencional
de animales y criaturas convencionales.
Son seres híbridos, humano-animal, a los que en
los sermones ingleses del siglo XIV se les denominaba "babuinos" y equivalían a los
hipócritas; así parece deducirse, al menos, de un Libro de "exemplas" denominado "Fasciculus Morum" -manual para
predicadores escrito en latín a comienzos del siglo XIV por un fraile
franciscano inglés-, en el que se dice: "Pero qué diremos cuando algunas gentes que aunque aparentemente parecen
ser humanas tienen un cuerpo peor que el
de los animales salvajes?. A todos nos parecen ser tal como aquellas imágenes
llamadas "babuinos" ("babewynes") ... que los pintores representan
en las paredes". Si bien estos seres, al igual que sus equivalentes
humanos, pueden expresar diferentes significados en cada ocasión.
Quizás el entallador anterior es también el
oficial que realiza un friso en el que figura un monstruo fantástico -llamado
"anfisbena", o "amphisbaena" en latín, "que va en dos
direcciones"-, de dos cabezas opuestas con collar y cuyas patas han sido
destrozadas ; en la mitología griega la anfisbena nació de la sangre que
goteaba de la cabeza de la gorgona Medusa cuando Perseo voló con ella en su
mano sobre el desierto. Dado que en los
bestiarios no se distinguían los animales reales de las bestias míticas el
horroroso aspecto que presenta la anfisbena con sobrecogedor gesto de violencia
hizo que su imagen fuese empleada para representar la lucha entre el bien y el
mal aunque en sus orígenes representaba la tensa relación entre dos fuerzas opuestas.
[ Una talla similar aparece en una misericordia en la iglesia de Sta María en
Edlesborough, Inglaterra].
Y autor así mismo de dos frisos de los que sólo
quedan fragmentos de unos hibridos de marcada espina dorsal
enfrentados a animales ahora desaparecidos.
Un
oficial del taller -sino fue el mismo Rodrigo Alemán-, se desvinculó en la
realización de los pequeños frisos, así como en algunas misericordias, de la
sillería de coro de la catedral de Ciudad Rodrigo de lo que eran los cánones
preponderantes tardogóticos interesándose por las incipientes en España nuevas
formas renacentistas. Así p.e., mientras en una de las bandas decorativas se
muestra el enfrentamiento de dos fieras aves monstruosas y fantásticas -una de
ellas con dos cabezas-, representación completamente tardogótica,
en
dos de los pequeños frisos figuran unos seres bípedos alados terroríficos de
dos cabezas que arrojan tallos por una de sus bocas en una imagen dominada por
la simetría
y
en otros dos el carácter terrorífico desaparece y son ya tan sólo dos formas
animales -de los que salen cabezas de grifos o mascarones-, organizadas en una
composición completamente simétrica y cuyo sentido es simplemente ornamental. Para
comprender la presencia aquí de estas formas renacentistas quizás debemos tener
en cuenta que Rodrigo Alemán realizaba al mismo tiempo que esta sillería la de
la catedral de Plasencia donde dorsales y respaldos fueron enriquecidos con
tableros de taraceas ejecutados por algún "intarsiador" italiano de la escuela de Florencia; quizás fue
esta persona quien le facilitó alguna estampa o grabado con reproducciones de
motivos y elementos estilísticos de lo que se realizaba entonces en aquel país.
El "maestro" para suplir
sus ausencias de Ciudad Rodrigo debió dejar al taller dibujos y grabados que
les permitieran la ejecución de los frisos y de las misericordias y entre ellos
pudieron figurar algunos con motivos proporcionados por el o los "intarsiadores" italianos.
El
mensaje moralizador -presencia del demonio, el pecado, los vicios-, que estas
formas monstruosas solía representar se ha desvanecido en interés de su función
decorativa. Un caso especial puede ser el de un friso en el que se muestran
tres bucráneos con festones plenamente renacentista; en mi opinión no
perteneció a la sillería original sino que fue incluido en una de las
intervenciones realizadas en la sillería a finales del siglo XVI y en las que
se realizaron o se readaptaron las dos escaleras de acceso a las sillas altas
del tramo frontal -y claramente sus laterales-, y probablemente se creó también
entonces en la sillería baja un escaño corrido.
Tres
frisos presentan una temática y una talla algo diferente de las anteriores; uno
de ellos exhibe un follaje de cardinas con dos tallos centrados, en otra se presenta una hojarasca con dos pequeños
cuadrúpedos aullando en los extremos y una tercera con un putto en el centro
mantiene los dos cuadrúpedos y la hojarasca. Probablemente no fueron realizadas
por el taller de Rodrigo Alemán sino por unos entalladores contratados por el
cabildo de la catedral de Ciudad Rodrigo durante un "parón" del
trabajo que realizaban aquellos.
BIBLIOGRAFíA:
-Héctor Luis Arena,
"Las sillerías de coro del maestro Rodrigo Alemán. Las sillerías del
gótico tardío en España", en B.S.E.A.A., 32 Valladolid 1966.
-Jurgis Baltrusaitis,
"La Edad Media Fantástica", Ed. Cátedra, Madrid 1994.
-Michael Camille, "Images dans les marges", Gallimard, Bona (Italia) 1997.
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-Dorothée Heim, "La
sillería coral de la Catedral de Ciudad Rodrigo", Fundación del Patrimonio
Histórico de Castilla y León, Valladolid 2008.
-Dorothée Heim, "El
entallador Rodrigo Alemán. Su origen y su taller", A. E. A., nº. 68,
Madrid 1995.
-Dorothée Heim,
"Rodrigo Alemán die Toledaner Skulptur um 1500. Studien zum künstlerischen
Dialog in Europa", Kiel 2006.
-Dorothée Heim, "Las
intarsias de la sillería del coro de Plasencia: influencia italiana temprana en
el núcleo artístico toledano", Anales de Historia del Arte, Madrid 2012.
-Mateo Hernández Vegas, "Ciudad Rodrigo. La catedral y la ciudad", Ciudad Rodrigo 1932 (ed. Valencia 2012).
-Mateo Hernández Vegas, "Ciudad Rodrigo. La catedral y la ciudad", Ciudad Rodrigo 1932 (ed. Valencia 2012).
-Dorothy y Henry Kraus,
"Las sillerías góticas españolas", Madrid 1984.
-Isabel Mateo Gómez,
"Temas profanos en la escultura gótica española. Las sillerías de
coro", Madrid 1979.
-Fernando López_Ríos
Fernández, "Arte y medicina en las misericordias de los coros
españoles", Salamanca 1991.
-Rocío Peñalta Catalán,
"Locos y locura a finales de la Edad Media: representaciones literarias y
artísticas", Rev. de Filología Románica, Madrid 2008.
-Mª Dolores Teijeira Pablos,
"La sillería coral de Rodrigo Alemán en la catedral de Ciudad
Rodrigo", Salamanca 2006.
-Luis Vasallo Toranzo,
"El cabildo de la catedral de Ciudad Rodrigo contra Rodrigo Alemán",
A.E.A., nº.72, Madrid 1999.
NOTAS.
-Momentos
antes de publicar este post descubro con "horror" que he olvidado incorporar una fotografía de los
frisos; es la de una banda en que se presenta a un putto agarrado a una rama
frente a un cuadrúpedo alado. ¿Resistencia ante el mal?. Por si acaso aquí va.
-Libros de Horas impresos,
en los que figuran algunos de los grabados empleados por Rodrigo Alemán, pueden
verse por internet. En la Biblioteca digital hispánica, de la BNE, existen
accesibles diversos ejemplares de las Horas impresas por Vostre en unas digitalizaciones
muy poco cuidadas. El catálogo Gallica de la BNF permite ver una variada
colección de Libros de Horas impresos. Bastantes buenos ejemplares bien
digitalizados pueden ojearse en la red de Bibliotecas Municipales francesas. La
web de la Biblioteca del Congreso USA dispone de un Libro de Horas en portugués
siguiendo el modelo impreso por Philippe Pigouchet para Simon Vostre.
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