lunes, 23 de mayo de 2016

RETABLOS (XVII)

Retablo mayor de la parroquial de Cardeñuela de Rio Pico (Burgos).

Acostumbramos a lamentarnos cuando conocemos la enorme cantidad de obras artísticas que fueron vendidas o robadas a o por extranjeros. Si las contemplamos fuera de España suelen estar bien cuidadas; no es lo mismo que ocurre con muchas de las que mantenemos en nuestro país. La parroquial de Cardeñuela de Riopico (Burgos) aloja parte del retablo primitivo de la capilla de Nª Sra de la Consolación o de la Presentación de la catedral de Burgos en un estado de conservación lamentable; nuestros políticos que llenan sus bocas hablando del Patrimonio deberían de preocuparse por él antes de que sea ya completamente tarde.

 
Don Gonzalo de Lerma, en el decir de Teófilo López Mata, de “carácter violento, abierto a coléricos arrebatos” –“Vos don bellaco amenguays aquí a los buenos…”, increpaba en 1487 al sochantre Sancho Sánchez de Frías en el coro-, dejó al morir en 1527 edificado el cuerpo de su capilla funeraria en la catedral de Burgos –capilla de Ntra. Sra. de la Consolación y/o de la Presentación-, y ordenadas en su testamento algunas obras que se habían de hacer: “Por cuanto para el ornato de la dicha mi capilla es menester de hacer un retablo, en el altar que ahora está señalado en la pared, que si yo no lo hiciere o mandare hacer, mando que se haga de mi hacienda, que se haga honrrado y que se pueda gastar hasta mil florines de oro”; su testamentario encargó poco después a Felipe Vigarny su realización, pero este retablo desaparecería con el tiempo, y sería sustituido por el que ahora vemos.
En 1528 aún no se había construido el retablo en el altar de la capilla dado que según un documento conservado en el archivo de la Catedral de Burgos [Registro 43 fol.153], apunte de una visita, “… vieron el altar y le fallaron limpio e Adereçado decentemente con una imagen de Nuestra Señora grande questá por retablo”. Juan Ochoa y Corcuera -archivista de la catedral-, escribía sin embargo, medio siglo más tarde, en un memorial redactado en 1592 para un viaje de Felipe II: “Hay en ella [en la capilla] una imagen de pincel de Nuestra Señora con el Niño en los brazos de mucha devoción, y loada por excelente pintura”.
Fray Bernardo de Palacios cuenta en su “Historia de la ciudad de Burgos: …” redactada en 1729: “Su retablo es grande y curioso con muchas figuras de medio relieve. En medio de él se registra un rico lienzo de Nuestra Señora: es alhaja que no tiene precio según los más diestros Maestros de la pintura”. Es decir, el retablo realizado por maestre Felipe para la capilla debió de presentar como motivo central el lienzo de la Sagrada Familia atribuido a Santiago de Piombo. El canónigo Pedro Riaño encontró en el Libro de Cuentas de la Capilla de la Presentación de los años 1751-1752 un documento que le llevó a descubrir que el retablo mayor de Cardeñuela de Río Pico era el antiguo retablo de la Capilla de la Presentación o al menos en parte: “Mas me hago cargo de mil y quinientos reales, los mismos en que se ajustó y vendió el retablo mayor viexo de dicha capilla, con reserva de las estatuas y Cuadro de él, lo que pagó el Cura de Cardeñuela”. El ensamblaje que falta está recompuesto en un estilo rococó aunque parece mantener las líneas generales del retablo original.
Señala Isabel del Río que “este retablo es muy interesante porque reúne las ideas de siempre –hacer todas las imágenes de bulto redondo- y las novedades de última hora, las experimentadas en los retablos de la capilla del condestable y en el de Granada”. Consta de una predela o banca y dos cuerpos. La predela, de anchura algo inferior al resto del retablo, está ceñida por dos motivos típicos de Vigarny con formas de cuernos de la abundancia.
Estos “cuernos de la abundancia” recuerdan las peanas sobre las que se apoyan las imágenes de la Virgen y San Juan en la capilla de los Condestables de la Catedral de Burgos.
La predela presenta tres cajas, la central de mayor anchura y sobre todo más alta, bordeadas por pilares en los que se sitúan esculturas de los cuatro Evangelistas. En el nicho central debió alojarse, cuando el retablo estaba en la catedral de Burgos, un grupo de Santa Ana y la Virgen de la que hablan algunos escritos y que no se vendió a la iglesia de Rio Pico aunque ahora se desconoce su paradero. La casa situada en el lado del Evangelio tiene en sus laterales las imágenes de San Lucas y San Juan en tan penoso estado de conservación que tan sólo son identificables por sus símbolos iconográficos el toro o buey y el águila.
La caja de la predela ubicada en el lado de la Epístola está bordeada por las imágenes de los Evangelistas Mateo y Marcos, que como es tradicional aparecen con sus símbolos iconográficos el ángel y el león. En la época era frecuente colocar a los cuatro Evangelistas en la base de los retablos, en la bancada, porque como redactores que habían sido de los Evangelios se les consideraba la base tradicional de la Iglesia.
La escena que se situa entre los Evangelistas Mateo y Marcos representa el nacimiento de la Virgen; santa Ana aparece recostada en la cama en compañía de dos criadas (el estado de conservación del retablo es tan deplorable que la escultura más cercana a la parturienta ha perdido la cabeza), una de las cuales lleva entre sus manos un aguamanil. La iconografía del acontecimiento –tan sólo tres personajes- es mucho menos rica que la correspondiente en el retablo de la Natividad de la iglesia de San Gil que con frecuencia se atribuye al taller de maestre Felipe; no obstante, como señala Gilman Proske, "los grupos están, como en los retablos flamencos, formados por figuras que prácticamente lo llenan todo".
La separación de la bancada con el cuerpo del retablo es un entablamiento decorado con cabezas de angelotes como era bastante habitual en los realizados por Felipe Bigarny y que también aparece en el retablo de la capilla de los Condestables.
En el lado del Evangelio de la predela la escena representada corresponde a la Anunciación. Como el retablo estaba dedicado a la Virgen todas las cajas mostrarían acontecimientos de la vida de María siguiendo el sentir de aquellos años en los que la Leyenda Dorada o los Apócrifos eran parte importante de la inspiración de los artistas.
Las imágenes de la Anunciación del retablo de Rio Pico son muy similares a las de la misma escena del retablo de la capilla de los Condestables de la catedral de Burgos tanto en el modelado como en la composición de la escena; fueron realizadas con tan sólo cinco o seis años de diferencia por Felipe Bigarny y su taller.
En el nicho central del primer cuerpo se situaba, cuando el retablo estuvo instalado en la capilla de la Presentación “el rico lienzo de Nuestra Señora” – el cuadro de la “Sagrada Familia” atribuido a Sebastiano del Piombo-, según escribía fray Bernardo de Palacios. A su izquierda, en la casa del lado de la Epístola, figuraba la escena de la Visitación de la Virgen a su prima Isabel en el decir del canónigo Pedro Riaño o la de la Aparición de Cristo Resucitado de acuerdo con Isabel del Río.
Para Isabel del Río “en la Aparición de Cristo contrapone la figura aislada, en primer plano, de espaldas del Resucitado con la frontal de María; esta escena es la aplicación técnica de lo hecho en Granada en el tema del martirio de san Juan [retablo mayor de la Capilla Real]”; personalmente prefiero imaginar que Vigarny cuando a su llegada a Burgos comenzó a trabajar en el taller de Gil de Siloe en el sepulcro de los padres de Isabel la Católica veía todas las mañanas con admiración el llamado “Tríptico de Miraflores” de Roger van der Weyden en una de cuyas tablas se representa la “Aparición de Cristo resucitado a su Madre”.
La “Presentación de la Virgen en el Templo” se escenifica en el nicho lateral del lado del Evangelio del primer cuerpo. El escultor parece haberse inspirado en la “Vida de María” de Epifanio el Viejo que considera que María fue presentada dos veces en el Templo; una primera cuando tenía tres años –suele señalarse en los textos que trataban del tema “acompañada por sus padres”-, y en la que, según la "Leyenda Dorada", tan sólo se entregan ofrendas y una segunda vez cuando tiene siete años y que es cuando se queda a vivir allí.
Isabel del Río pone en relación esta escena del retablo de Río Pico con la similar del retablo de la Natividad de la iglesia de San Gil de Burgos atribuyendo ambos a maestre Felipe. Si bien la composición en los dos relieves es similar, así como la edad de María y el diseño del Templo (mismos capiteles en las pilastras y mismo perfil en los arcos p.e.), llama la atención la ausencia de Ana y que sea tan sólo Joaquín -“mezclado con otros hombres de su tribu con los que había hecho el viaje hasta el templo”-, quien acompañe a la Virgen.
En el cuerpo superior del retablo la única escena que se ha conservado es la relativa a la “Asunción de la Virgen”; como es tradicional en la representación del motivo, María es acompañada por un conjunto de ángeles para significar que su ascensión hacia el cielo no es por su propio poder sino por la voluntad de Dios que es quien envía a sus emisarios.  
Según Louis Réau “por la influencia de las Letanías de Loreto, la Virgen de la Asunción generalmente está representada de pie, sobre una creciente de la luna, con la frente ceñida por doce estrellas, como la mujer del Apocalipsis. … La luna que ella pisa es el símbolo de las cosas cambiantes del bajo mundo terrenal. …”. La Virgen de la Asunción en Río Pico presenta una corona de hierro moderna; por la posición de los ángeles quizás sostenían una diadema de estrellas.
Los nichos laterales del segundo cuerpo presentan figuras que no pertenecieron al retablo original. En las entrecalles dos figuras en no muy buen estado de conservación representan a San Pedro y a San Pablo las situadas en el primer cuerpo.
En la entrecalle del segundo cuerpo las imágenes representan, según Isabel del Río, a San Roque y a San Francisco.
La parte superior del retablo no es quizás la que mostraba cuando presidía la capilla de la Presentación de la catedral de Burgos; probablemente habría entonces un Calvario y por encima de él, habitual en Bigarny, una imagen de Dios Padre.
En las calles primera y tercera del segundo cuerpo hay dos nichos ahora ocupados por dos imágenes del Niño Jesús; en su origen debieron alojar dos escenas de la vida de la Virgen dado que el retablo está dedicado a la vida de María; el retablo de la Natividad de la iglesia de San Gil podría orientarnos acerca de cuales fueron.
Las otras imágenes individuales que decoran actualmente el retablo tampoco pertenecieron al original; en algunas épocas en su lugar aparecían, según puede verse en fotografías antiguas, cuadros.
BIBLIOGRAFÍA.
-Teófilo López Mata, “La Catedral de Burgos”, Burgos 1950.
-Demetrio Mansilla Reoyo, “Testamento del protonotario don Gonzalo Diez de Lerma”, B.I.F.G. nº.145, Burgos 1958.
-Manuel Martínez y Sanz, “Historia del templo Catedral de Burgos. Escrita con arreglo a documentos de su archivo”, Burgos 1866 (ed. facsímil 1997). 
-José Luis Monteverde, "Sobre el retablo de Cardeñuela y el de la Presentación de San Gil en Burgos", BIFG, Burgos 1947. 
-Beatrice Gilman Proske, "Castilian Sculpture. Gothic to Renaissance", New York 1951.
-Louis Réau, “Iconografía del arte cristiano. Iconografía de la Biblia. Nuevo Testamento”, Barcelona 2008.
-Pedro Riaño Campo, “Hallazgo interesante”, B.I.F.G. nº.97, Burgos 1946.
-Isabel del Río de la Hoz, “El escultor Felipe Bigarny”, Salamanca 2000.
NOTAS.
-La realización por Maestre Felipe del retablo de la parroquial de Río Pico está acreditada por un documento con su firma que se conserva en el Archivo de la Catedral de Burgos (Tomo I, “Peticiones originales”) según señaló el canónigo Pedro Riaño Campo. Del retablo de la Natividad de la iglesia de San Gil de Burgos no existe documentación sobre su autoría; hay estudiosos que lo consideran de Bigarny, aunque otros se lo asignan a algunos de los oficiales que trabajaron en su taller. La escena de la “Asunción” por su significado es importante en ambos retablos; con fines comparativos se adjunta fotografía del mismo motivo en ambos (como señala Monteverde "... la Virgen, en Cardeñuela, ... es más esbelta, tiene la cabeza desnuda y el rostro anguloso, se aproxima más al tipo de tradición burgalesa ... En San Gil, más corta la figura, cubre la cabeza con amplio manto, tiene más movimiento en los brazos, pero las dos figuras del talle hacia abajo, están tratadas sus ropas de la misma manera pliegues y caída").
-En el nicho situado a la derecha del altar (lado Evangelio) de la capilla de la Presentación de la catedral de Burgos se muestra actualmente una imagen de la Virgen con el Niño pagada a Bigarny en 1528 (aunque la policromía es de Juan de Cea y realizada en 1591); no se corresponde con ninguna de las esculturas "que no se vendieron" a la iglesia de Río Pico - “…con reserva de las estatuas y Cuadro de él…”-, sino que perteneció a un retablo que estuvo situado entre la portada del claustro y la capilla de San Enrique de la catedral y es conocida como la “Virgen del Milagro”.
-El “Tríptico de Miraflores” fue robado en la Cartuja burgalesa por el general Jean Barthélemy Darmagnac durante la invasión napoleónica; ahora puede verse en Berlin en la “Gemäldegalerie”.

2 comentarios:

  1. Es un placer encontrar dicho "blog" en internet; ¡ya era hora que hubiese un "blog" de estas características. Me he llevado una gran sorpresa al ver el retablo de la iglesia de Cardeñuela de Ríopico, que, como Ud. bien apunta, procede de la capilla de la Presentación de la Catedral de Burgos. Yo soy de Burgos, y me entusiasma la escuela de escultura de Burgos, a mi entender superior a la vallisoletana, harto esta última sobrevalorada, quizá por la propaganda tan eficaz que el Seminario de Arte y Arqueología de la Universidad de Valladolid ha ejercido durante estos ochenta años en este mundillo académico. Para mí, y puede sonar esto a herejía, Berruguete, don Alonso, está muy sobrevalorado; tan sólo era pintor, como lo fue Pedro, su padre; y gracias a Vasco de la Zarza (retablo de Olmedo) como a Bigarny (sepulcro del canciller en Zaragoza) se pudo iniciar en este mundillo de la escultura, mundillo en el que, repito, fue un aficionado (Anatema marenatha).

    Dejando particularísmos, que a nada llevan, decir que sus descripciones de las sillerías de coro son fantásticas. Y más cuando éstas son escasas. Le brindo la posibilidad de que publicite la sillería de la abadía de San Quirce (Cubillo del Campo, Burgos), hoy en la iglesia burgalesa de San Cosme. Es de mediados del siglo XVI, y sigue el modelo fraguado por Bigarny de la sillería de la catedral del Burgos, la cual, por cierto, fue modelo para las de Jaen, Calahorra, Santo Domingo de Silos y San Benito de Valladolid, entre otras.

    Nada más, por el momento. Reciba un cordial saludo desde Burgos.

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  2. Muchas gracias por su comentario.
    Un cordial saludo
    Luis

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