jueves, 26 de junio de 2014

SILLERÍAS DE CORO (IX)

De la sillería de coro del monasterio de Santa Mª la Real de Nájera.
1. Panorámica.

Don José Martí y Monsó escribía al finalizar el siglo XIX en sus "Estudios Histórico-Artísticos": "En la ciudad de Nájera, próxima a Santo Domingo de la Calzada, existe un monasterio de mucho renombre con la denominación de santa María la Real. Según Ceán Bermúdez, la sillería del coro fue ejecutada el año 1495 por los maestros Nicolás y Andrés con suma prolixidad por el gusto gótico, y se les pagó por la silla abacial 24000 maravedis. Iguales nombres y fecha repite Madrazo en el ... volumen ["España y sus monumentos"] de Navarra y Logroño: Hicieron esta sillería el maestro Andrés y el maestro Nicolás en 1495 y costó cada silla 6,500 maravedis y las de segundo orden 3,500Los informes de Madoz discrepan mucho en cuanto a los autores, pues que dice lo siguiente: Coro alto ... sillería preciosa y magnífica con relieves vistosos y variados ... esta sillería fue ejecutada en el año 1493, por dos hermanos llamados Amutio, Judaizantes. vec. de la v. de Cardenas, población a 1 legua de esta c...".
La sillería ha experimentado muchas vicisitudes a lo largo de los años; durante la Guerra de la Independencia sufrió serios desperfectos, aumentados con la Desamortización y la exclaustración y los diferentes destinos que le fueron asignados al monasterio (cuartel, almacén, etc). La sillería que contemplamos ahora dista bastante de cómo fue en sus orígenes; actualmente es una sillería en forma de U con dos órdenes de asientos, 36 en el superior -más cinco espacios con respaldos-, y 27 en el inferior, situada en alto en los últimos tramos de la nave central de la iglesia. A finales del siglo XV la comunidad monástica estaba formada por 23 (año 1496) o 22 (año 1501) monjes.
En la parte posterior de la sillería y llegando a tocar la bóveda figuran dos grandes lienzos pintados: en el inferior, del siglo XVI, bajo la balaustrada, aparecen sentadas seis parejas reales con una inscripción identificativa; en el superior se representa, en un estilo barroco, un sínodo benedictino con religiosos, monjas y caballeros vestidos a la usanza del siglo XVIII.
En 1908 escribía Quintero Atauri sobre ella: "Perteneció esta sillería a una Comunidad de Monges de la Orden de San Benito, y es sin duda, una de las más bellas, dentro del estilo ojival castellano, pero el abandono e incultura de las gentes, la han dejado en un estado de ruina tal, que entristece y apena a quien con ojos de artista la contempla..."; desde que se publicaron estas palabras una serie de restauraciones la han dotado de un "aspecto muy agradable" si bien bastante lejano del original.
El daño quizás más significativo y que transformó la imagen de la sillería fue la desaparición de los respaldos de los estalos bajos. Se han conservado "in situ" tres, gracias a lo cual nos podemos hacer una ligera idea de cual fue su contenido y su calidad artística. Uno de ellos, situado a la izquierda de la escalera central de acceso a las sillas altas, presenta enmarcada por un arco -en las enjutas un personaje y un bufón con filacterias entre sus manos-, la imagen de la Virgen con el Niño conocida como la "Virgen de la leche"; sus dimensiones son de 65x57 cm. Para Dorothy y Henry Kraus "el asunto ... hace pensar en una madona negra" y para Elaine C. Block señala que el "Niño Jesús, ... tiene el pelo rizado. Este tipo de cabello le puede conectar con los Moros o con los Judíos".
Los otros dos respaldos de las sillas bajas conservados "in situ" están situados junto a la puerta de entrada al claustro superior: Desde que Constantino Garrán en 1892 escribiera "... los dos paneles .... correspondientes a la mano izquierda, contienen dos figuras talladas en alto relieve, que indudablemente representan una el principal maestro Director de tan peregrina obra, vestido con túnica de estilo judío y capacete en la cabeza, y con una banda ó lienzo en blanco entre las manos, que parece aguardar la inscripción de un nombre ó lema, ..." la mayor parte de los escritores que lo han hecho sobre la sillería han mantenido, sin excesivo espíritu crítico, esta atribución; Martí y Monsó aludiendo a ello no duda en escribir: "Naturalmente este hecho no pasa de la categoría de presunción... según vemos en las tres que existen, colegimos que todas [ las sillas bajas] estarían exornadas con imágenes de la Virgen, de Santos y Profetas".
El tercer panel -personaje vestido con capa pluvial y tocado con mitra, sujeta con su mano derecha el báculo y un libro con la izquierda-, suele considerarse representa al abad del monasterio en el tiempo en que se realizó la sillería: don Pablo Martínez de Uruñuela (1485-1505). Pudiera ser. Pero tampoco son de olvidar las palabras escritas por Martí y Monsó: "... En el folleto de Garrán, ..., se unen algunas noticias de Ceán a las de Madoz, ampliándolas con detalles que nos parecen más fantásticos e imaginativos que históricos...".
 El "cabo" o panel terminal de las sillas altas del lado de la Epístola presenta en la actualidad un tablero en el que figura tallado, bajo un arco y con metopas ornadas por fruto y hojas, un monje con las manos cruzadas mirando hacia su izquierda y dos tableros mediados vacíos.
Pero no siempre fue así. Antes de la restauración de finales del pasado siglo, existían al menos tres tableros tallados: en el primer panel completo figuraba el monje que actualmente permanece impávido como antaño -algunos observadores de quizás aviesas intenciones señalan que entre sus manos sostiene una pequeña bolsa de dineros-, mirando a una mujer que aparecía en un segundo panel -¿a quien, a mí?, parece decir-, ambos reconvenidos por un elegante personaje -¿un profeta?-, compareciente en un tercer tablero.
Parece claro que el panel con el personaje tocado con turbante y con una filacteria en la mano -¿un profeta?-, fue recortado para incluirle junto a la mujer y el monje. ¿Porque y cuando?. Para Isaac Guadan "... el dibujo menos correcto que el de los otros respaldos, el relieve distinto también, todo demuestra que la ejecución es anterior en media centuria lo menos al resto del coro...". El panel terminal de las sillas altas del lado del Evangelio fue suprimido con anterioridad a la primera mitad del siglo XX y la parte inferior de los dos estalos altos reconvertidos en cajón para guardar papeles de música y libros de rezos. ¿Figuraría allí el elegante personaje tocado con turbante?.
El coro tiene una puerta de entrada a la que se accede bien desde el claustro alto bien desde una escalera de caracol situada a los pies de la iglesia. Sobre la puerta, aparecen representadas tres figuras -para algunos de aspecto judío-, que Justiniano García Prado considera son los autores o colaboradores de la sillería. Sobre ellas un pequeño remate que ha perdido dos paneles de su ornamentación; en el que aún permanece un escudo bordeado de cadenas y un castillo en el centro sostenido por pareja de águilas.
En uno de los lados del pasillo de entrada, junto a tableros con tracerías góticas, se encuentra un relieve de una dama elegantemente vestida, cubierta la cabeza con capirote, y un perrillo a sus pies; las guías del monasterio acostumbran a denominarla como la "bailarina".
En la otra pared lateral del pasillo la representación tallada corresponde a una especie de "bufón" tocando una gaita de fuelle -en realidad más parece un "cachimorro" de Laguardia, personaje típico de danzas y mascaradas-, con, en este caso, dos perrillos danzando a sus pies. Para García Prado "interpretan, con simbolismo medieval, que aquel es el umbral del mundo exterior, alegre y baladí, al que debe renunciar y olvidar el monje que pasa al Coro, lugar de oraciones y meditación". Aunque quizás no venga mal recordar -dada las dos representaciones enfrentadas-, al Arcipreste de Talavera quien no debía tener muy buena impresión de los gaiteros, ya que hablando de las mujeres que sintiéndose "loçanas e mal empleadas", se casan con algunos hombres "torpes, suzios e criminosos e de feas tachas cubiertos" y dice de estos ser "dignos por sus fechos de tañer la cornamusa" [Corbacho, cap. XXVIII]
Los paneles dorsales de las sillas altas están decorados con arabescos que rodean a una hornacina central, diferente en cada uno, diseñada para mantener una figura santa. Sólo once quedan de las estatuillas originales; a título de ejemplo se muestran tres de ellas.
La sección inferior de estos paneles presenta unos pequeños frisos con motivos profanos característicos de esta sillería.
Las sillas altas exhiben una ornamentación formada por dibujos con motivos geométricos y vegetales distintos en cada panel; en la parte superior del tablero unos arcos ojivales rectos y otros sobremontados invertidos forman un arco conopial que remata en un grumo con sus áreas interiores decoradas con arquerías. La cavidad central, sostenida por columnitas de variadas y diferentes formas en cada respaldo, se presenta bordeada a ambos lados por caprichosas curvas entrelazadas en forma de tallos vegetales, con frutos y hojas en algunos tableros. La parte inferior del respaldo se adorna con arcaturas con motivos geométricos similares a los de la parte superior. Separando los paneles existen pequeñas hornacinas, situadas sobres columnas de variadas formas, ahora vacías en su totalidad.
Prácticamente todos los paneles de las sillas altas presentan una decoración gótica con excepción de uno de ellos que la exhibe plateresca -35 cm de ancho frente a los 55 cm del resto-, y otro que es un tablero liso; en su ornamentación se combinan elementos góticos como el arco central con renacientes como los delfines laterales. El relieve central -representa a San Andrés-, y la mutilada figurita de la derecha -única "conservada" de las que se situaban sobre los pilares de separación de los paneles dorsales-, son ya renacentistas. El tablero liso sustituye a uno desaparecido que según Isaac Guadan se guarda en una casa particular de Logroño.
Estos dos tableros parecen indicar que la sillería del coro de Santa María la Real sufrió ya en el Renacimiento una importante remodelación articulada a partir del rincón del lado de la Epístola. Conviene recordar que no es hasta 1535 cuando Juan de Acha y el cantero Juan Martínez de Amutio (o Mutio) inician la construcción del coro alto donde está ubicada ahora la sillería, y por tanto su traslado sería posterior a esta fecha.
El conjunto de sillas altas se remata por caprichosos doseletes con crucerías de finos nervios entrelazados.
El coronamiento está formado por tracería calada con conopios rematados por florones. Son conjuntos de tres pequeños ventanales góticos, entero el central y mediados los laterales, separados por pilares con columnillas, hornacinas y doseletes que en general conservan las pequeñas esculturillas originales de vírgenes, mártires o santos.
Entre las pequeñas esculturas las únicas fácilmente identificables son San Jorge y David; el resto, sin duda también con significación religiosa, son de difícil identificación como puede observarse en la composición adjunta.
La franja inferior de la crestería es distinta en cada grupo de arcos estando decorada con grecas geométricas o vegetales; en algún caso aparecen también monstruos o animales.
El tablero dorsal de la silla del abad está decorado con la figura del Rey Don García, el de Nájera -fundador de la abadía en el año 1052-, tallada en alto relieve. Viste cota de malla y armadura completa; conserva restos de color en varias partes: en la coraza dorado, bronce en la cota de malla y azul oscuro en el manto. Destaca sobre un fondo de arabescos estofados y va enmarcado por una orla de entrelazos y figuritas. En opinión de Isaac Guadan "este panel creemos que no fue labrado para la sillería actual".
Como remate de la silla abacial una calada torrecilla con el escudo de la abadía de Santa María: una jarra de azucenas, tres flores de lis, mitra, báculo, cobijados bajo capelo con borlas y cadena por bordura; este escudo se repite en las cresterías laterales de la sillería tallado en madera sin policromar.
Los paneles de las sillas altas miden 140x55 cm, el de la silla abacial 150x54 cm y los respaldos de las sillas bajas 65x57 cm. 
BIBLIOGRAFÍA.
-Elaine C. Block, "Corpus of Medieval Misericords. Iberia", Turnhout (Bélgica) 2004.
-Margarita Cantera Montenegro, "La comunidad monástica de Santa María de Nájera durante la Edad Media" publicado "En la España medieval", Madrid 2013.
-Juan Agustín Cean Bermúdez, "Diccionario Histórico de los más ilustres profesores de las Bellas Artes en España", t.I y III, Madrid 1800.
-Justiniano García Prado, "Los coros Bajo y Alto de Santa María La Real de Nájera (La Rioja)", Logroño 1993.
-Constantino Garrán, "Santa María La Real de Nájera. Memoria Histórica Descriptiva", Logroño 1892.
-Isaac Guadan y Gil, "Monasterio de Santa María La Real de Nájera. Ensayo sobre la sillería del coro alto", Logroño 1961.
-Dorothy y Henry Kraus, "Las sillerías góticas españolas", Madrid 1984.
-Pascual Madoz, "Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar", t. XII, Madrid 1849.
- José Martí y Monsó, "Estudios Histórico-Artísticos", Valladolid 1898-1901.
-Rosa Monterrubio del Pozo, "Santa María La Real de Nájera", León 2001.
-Pelayo Quintero Atauri, "Sillas de coro: noticias de las más notables que se conservan en España", Madrid 1908.
-José Antonio Saavedra García, "Sillería del coro de Santa María la Real de Nájera" en "Restauraciones del Patrimonio Artístico en La Rioja", 1991.
NOTAS.
-Desde que Gregorio Cruzada Villaamil vertiera en un artículo sobre Alonso Berruguete -publicado en "El Arte en España" en 1862-, su opinión acerca de la identidad entre los maestros Andrés y Nicolás con el maestro Andrés de apellido Nájera o de San Juan, autor de la sillería de la catedral de Santo Domingo o de la de San Benito de Valladolid -y que tan sólo acostumbraba a firmar como el "Maestro Andrés"-, han sido varios los escritores que han propagado esta confusión. Si bien la simple comparación de la sillería de Nájera con las citadas lleva a deshacer el error puede verse un completo estudio al respecto en la obra referenciada de José Martí y Monsó.
-Los datos de Cean Bermúdez -según Durán Sampere y Ainaud de Lasarte-, proceden del archivero P. Bujanda y fueron transmitidos también por Jovellanos.
-Para Justiniano García Prado fue don Restituto Garrán, el padre de Constantino Garrán, quien facilitó la información sobre Nájera, como colaborador y corresponsal, a Pascual Madoz para su "Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España" alrededor de 1849. ¿Cuál es la fiabilidad de la información proporcionada por Madoz?. ¿Es casualidad que los autores de la sillería apellidasen como el cantero autor del lugar donde se ubicaría 30 años después de realizada, una simple confusión o un baile de nombres?.
-Cuando uno visita el coro de Santa María y conoce alguna fotografía antigua de él no puede por menos de preguntarse por los criterios que deben seguirse en las restauraciones modernas. ¿Falsear el monumento para conseguir una "presencia agradable"?, ¿inventarse lo que "el paso del tiempo" se haya llevado consigo?, ¿porque en Nájera se hicieron nuevas una parte importante de las misericordias y no de los tableros de las sillas bajas p.e.?.
 [obsérvese en la fotografía como evolucionaron las misericordias de las sillas bajas en la última restauración].
Gabriel Moya Valgañón escribía hace ya algún tiempo: "el trabajo de creación es acaso el más noble de todos, sobre todo tratándose de artistas, pero está totalmente reñido con el de conservación. Entre otras cosas porque el artista, amante de las obras de arte, ama sobre todo las propias".
(cont.)

2 comentarios:

  1. Buenos días. Muy agradecida por la difusión y el estudio sobre la sillería del coro del Monasterio de Santa Mª la Real de Nájera.
    Soy de Nájera (La Rioja), familia del historiador D.Justiniano García Prado (le corrijo, no es Prieto sino Prado).
    Cierto que D.Constantino Garrán realizó una gran labor en favor del Monasterio.

    Leo con interés su rigurosa exposición y, cierto, fue víctima de un gran expolio y destrucción como tantos monumentos, desgraciadamente.
    Sin embargo, como usted describe, sigue siendo un lugar maravilloso digno de estudio y cuidadosa conservación. Es frágil, muy frágil.
    Muchas gracias. Saludos cordiales desde La Rioja.

    Blanca García Aldonza
    bgarcia.aldonza@gmail.com

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  2. Muchas gracias por sus amables palabras.
    Corrijo en la bibliografía el segundo apellido de su familiar (dado que en el cuerpo del artículo y en las notas se le cita correctamente comprenderá ha sido un error de mecanografía).
    Un saludo cordial
    Luis Planas

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